Recuerdo disfrutarla bastante, pero lo cierto es que algo le pasa cuando, un mes después de haberla visto, no tengo muchos recuerdos en la mente y tengo que hacer un esfuerzo adicional por escribir esta pequeña crítica-comentario.

Vaya por delante que recuerdo celebrar los -pocos- giros que hay en la película, así que os invito a que la veáis sin saber demasiado sobre qué va la cosa. También recuerdo actuaciones un tanto irregulares, pero igualmente no es una película que vayas a ver por las cualidades interpretativas. Se me hizo corta, por lo que también podemos hablar bien de su ritmo, y el inesperado tono cómico que aportan algunos personajes no quita para que alguna que otra secuencia sea cuanto menos inquietante.

No es una revolución, pero tiene la suficiente personalidad.

La verdad es que no tengo mucho que aportar a una película de la que ya se ha dicho todo y más, pero a la misma vez creo que mi experiencia sirve para un determinado público. He visto Joker ahora, a finales de 2023, llegando claramente tarde, y después de haber leído años todos los topicazos alrededor de la película, haber visto como se convierte en meme el "vivimos en una sociedad", y no haber encontrado ninguna lectura dentro de la película que no hubiera podido adivinar antes de verla, he sentido que estaba viendo una muy buena película.
Así pues, aunque penséis que ya os veis venir todo, y que no va a sorprenderos, no dejéis de ver Joker si os sentís target de la misma. No me cambió la vida, pero sí que me sorprendió que me gustara tanto a pesar de saber punto por punto prácticamente todo lo que veía en pantalla.

Una de esas películas especiales, que consiguen la difícil tarea de transmitir su mensaje a través de unos personajes que bailan continuamente en la comedia dramática. Taika Waititi demuestra que lo de mezclar drama y comedia no le vino después, y casi es algo que adquiere de nacimiento.

Bichos raros es una entretenida película, agridulce a veces, de incomprendidos destinados a comprenderse, aunque a veces parece que forzados a entenderse. No vas a encontrar nada memorable, pero no sentirás que has perdido el tiempo.

Creo que es la película más endeble de uno de mis directores fetiche por excelencia. Quitando la parte final, donde Tetsuya Nakashima da rienda suelta a toda su explosividad creativa visual, el resto de la película no dista mucho de cualquier otra producción de fantasmas y similares japonesa, solo que sin ninguna inspiración en su miedo. Merece la pena si te compensa esa parte del final, pero no sé si el viaje es demasiado peaje.

Una película que consigue una buena sinergia, al presentar dos mundos tan manidos como el cine de secuestros junto con el de fenómenos paranormales. Black Phone no es una buena recomendación como película de terror, pero la suma de sus partes dan un Frankenstein que acaba mereciendo la pena, desde un punto de vista más cercano al del entretenimiento palomitero.

Ethan Hawke no consigue darnos uno de esos monstruos memorables del género, y no acaba de quedarme claro cómo una secuela puede ayudar, cuando más bien tiene todos los ingredientes para que la franquicia se arruine.