Ginger Snaps es sin duda una película hija de su época, los 2000s, cuando la generación X ya estaba dando paso a una nueva juventud mas torturada y al mismo tiempo extrañamente autoconsciente de todo lo que tiene alrededor, lo que hacía que fueran aun más extremos en su forma de ver las cosas (lo sé, porque esa fue MI adolescencia y mi generación). Y también fue una época de terrible cine de terror que solo se salva por ocasionales películas profundas o autoconscientes de su hiperbole.

Ginger Snaps tiene un poco de cada tipo. Hiperbólica como ella sola, pero con un interesante reflejo del alienalismo adolescente (especialmente entre las chicas), los sentimientos de soledad e ira que se experimentan, y los cambios físicos que se dan, usando la licantropía como interpretación de estos tan típicos de la adolescencia.

Las dos protagonistas son los suficientemente carismáticas, aunque la dirección que se les dió hace que su interpretación fuera un tanto exagerada. Tampoco destaca la edición o realización.

Sin embargo es una película tremendamente interesante por lo bien que conecta con su propio contexto cultural y social.