Tendremos que revisar algunos títulos, porque por mucha nostalgia y muchos recuerdos que nos traigan películas de la infancia, a la hora de coger un baremo común no podemos equipararla a muchas otras películas con una calidad técnica y artística muy superior.

Cogí pues el DVD y dispuesto a revisar este “clásico” me encontré que, o igual mi infancia se había esfumado igual que el calor en estos primeros días grises del otoño o las gracias de los Python habían envejecido brutalmente.

Me encontré con una película ni tan delirante ni tan sabrosa como esperaba ya que pocos son los gags que me hicieron gracia. Me entristecí, me miré al espejo y no me vi mucho más viejo que hora y media antes, pero los Monty Python igual que muchos humoristas que luego hicieron cine, nunca conseguirían la calidad que obtuvieron en televisión.