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Voto de Señor blanco:
8
Fantástico. Terror. Ciencia ficción Las misteriosas destrucciones de barcos en el Pacífico provocan el pánico. Los nativos de una isla afirman que el culpable es una criatura legendaria, Godzilla, un lagarto mutante convertido en un gigantesco monstruo a causa de unas radiaciones atómicas. Godzilla se dispone a atacar las principales ciudades del Japón. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Godzilla se ha convertido en un icono cultural del tamaño del propio monstruo que representa. Cuando hablas de Godzilla a alguien, piensa en un simple monstruo destruyendo casas o peleándose con otros bichos, pero la realidad de esta película, la primera, va mucho más allá de esto.

La película toma su inspiración en el horror que vivieron los japoneses en la Segunda Guerra Mundial, cuando las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron barridas de la faz de la tierra de la noche a la mañana por armas nucleares, sin que las fuerzas japonesas pudieran impedirlo. Ello generó una terrible sensación de indefensión y miedo entre los nipones.

Godzilla, el monstruo, es la cosificación de esas sensaciones, es todo el poder indestructible de las armas atómicas en forma de monstruo gigantesco "un monstruo con el poder de una bomba atómica" dijo su creador que representaba.

El miedo del doctor Serizawa a que su descubrimiento fuera usado con fines bélicos, a si no sería peor el remedio que la enfermedad, es otra clara referencia a los científicos responsables de la aplicación de la energía nuclear al mundo bélico. En la película, Godzilla es despertado por culpa de las pruebas nucleares en el pacífico, dejando a entender que es una suerte de castigo divino por usar esas terribles armas, que seguramente y por el bien de toda la humanidad ojalá no se hubieran descubierto. Pensemos en que tan solo hacia 9 años de las bombas de Hiroshima y Nagasaki y que la Guerra Fría estaba en su pleno apogeo, por lo que la posibilidad de un holocausto nuclear era más realista (y terrible) que nunca.

Los efectos especiales son muy buenos, para haber sido rodada en 1954. El blanco y negro, más barato que el color, irónicamente contribuyó a dar realismo a la película, ocultando cables y otros detalles que habrían hecho mucho menos creíble la cinta.

A esta película le debemos todo lo que se ha hecho posteriormente sobre monstruos, ciudades arrasadas, armas radioactivas etc. y la conversión de Godzilla en una especie de "monstruo nacional" de Japón. Pero es mucho más que esto.
Señor blanco
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