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Voto de SunshineReactor:
8
7,3
17.910
Drama
Años 70. Relato biográfico sobre Frank Serpico, un policía íntegro de principios incorruptibles que, a diferencia de sus colegas, nunca se dejó sobornar, y precisamente por ello siempre tuvo problemas con sus compañeros de profesión y se vio expuesto a situaciones muy peligrosas. (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me cuesta entenderte Frank, por eso trato de pensar en tu infancia de niño raro, con ese apellido que escuchado en lengua norteamericana me suena a Salpicón. No me fastidies. No te debió llegar una infancia marcada por tus lecturas de Kant y Nietzsche que se te ocurrió hacerte policía en lugar de atormentado profesor de Literatura o Filosofía. Cierto es que en España tu carrera como policía municipal no hubiese tenido futuro, no pasarías de las pruebas iniciales. Y es que te condenas a ti mismo. Salpicón, eres tan honrado que das asco. Y te lo dice un tío al que le pitan en las rotondas porque no quiere plantarse bruscamente delante de nadie, y que no se ha colado en la vida en ningún sitio a nadie. Pero lo tuyo es masoquismo de alta escuela. Lo que me pregunto es de quién lo habrás aprendido, pues tus padres aparentemente se presentan como gente normal, educada y eso. Pero tú vas de guay, y te metes a policía. Dicho sea de paso, la policía tal como la muestra Lumet da más miedo que los delincuentes. Menuda red de farsantes y cuentistas, todos metidos en el ajo hasta el fondo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero al fin encuentras a alguien que te hace caso: vamos a investigar la corrupción de la policía neoyorquina hasta el fondo. Y claro, terminas con un tiro en la cabeza. Es que a quién se le ocurre. Todos querían ser tus amigos, te ofrecían tanto amistad como dinero, te integraban en un mes en su curradísima red corrupta. Y tú venga a dar por saco con la historia de la honradez. Y al final para nada, para irte a vivir a Suiza más solo que la una, o bueno, con el chucho ese que compraste por cinco dólares a una tía que no te desvalijó el coche de mudanza porque le diste pena.
Y sobre tu metamorfosis en policía mugriento ya casi ni quiero entrar, porque tampoco lo entiendo. No te llega con ser una mosca cojonera rondando por la comisaría que te empeñas en dar el cante con un look agitanado, probablemente inspirado de tus clases de español. No está mal, pero no se entiende. Si te quieres suicidar, tienes un arma, tómate pastillas, bébete salfumán, yo qué sé. Pero no des tanto el cante que terminas perjudicando a los que te rodean y te quieren. ¿Y ahora en Suiza qué? ¿Te gusta? Pero si allí no hay nada, sólo montañas y suizos, vacas y chocolate. Si aún me dijeses que te vas a Nigeria a mejorar la ley en las calles, pues lo entendería, pero te vas a la cuadriculada Suiza. Estarás agobiado, supongo. Allí todo tan ordenado, tan pulcro, con gente tan educada... das la nota, allí eres un pestoso. Vente para España, Salpicón, que hay mucho que hacer. Ni placa te hace falta aquí, conque te afilies a un partido político y te pongas a hacer limpieza, los españoles te estaremos muy agradecidos. Si no, suerte. Y cásate, que necesitas que alguien te ponga las cosas claras de una maldita vez.
Y sobre tu metamorfosis en policía mugriento ya casi ni quiero entrar, porque tampoco lo entiendo. No te llega con ser una mosca cojonera rondando por la comisaría que te empeñas en dar el cante con un look agitanado, probablemente inspirado de tus clases de español. No está mal, pero no se entiende. Si te quieres suicidar, tienes un arma, tómate pastillas, bébete salfumán, yo qué sé. Pero no des tanto el cante que terminas perjudicando a los que te rodean y te quieren. ¿Y ahora en Suiza qué? ¿Te gusta? Pero si allí no hay nada, sólo montañas y suizos, vacas y chocolate. Si aún me dijeses que te vas a Nigeria a mejorar la ley en las calles, pues lo entendería, pero te vas a la cuadriculada Suiza. Estarás agobiado, supongo. Allí todo tan ordenado, tan pulcro, con gente tan educada... das la nota, allí eres un pestoso. Vente para España, Salpicón, que hay mucho que hacer. Ni placa te hace falta aquí, conque te afilies a un partido político y te pongas a hacer limpieza, los españoles te estaremos muy agradecidos. Si no, suerte. Y cásate, que necesitas que alguien te ponga las cosas claras de una maldita vez.