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España España · Comala
Voto de Caturla:
9
Drama Sandra dispone sólo de un fin de semana para ir a ver a sus colegas y convencerlos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Su marido la acompaña para apoyarla. (FILMAFFINITY)
3 de diciembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La angustia acompaña al espectador durante toda la película. La angustia de la protagonista, principalmente, pero también la de muchos de los compañeros de trabajo cuyas afligidas historias se nos van desvelando poco a poco. Una angustia que, se intuye, no va a desaparecer del todo con la resolución de la votación. Es una angustia que va más allá. La angustia de sentir que, como trabajador, puedes ganar una batalla, pero sigues estando a merced de esos "otros" que tienen intereses diametralmente opuestos a los tuyos. Y no, no me refiero a los compañeros de trabajo que, al fin y al cabo, en mejores o peores condiciones, sufren una explotación similar. Me refiero a los patrones que se forran a costa del sudor ajeno al tiempo que pretenden dividir y confrontar a sus trabajadores. En cualquier caso, es destacable que se evite mostrar personajes maniqueos: no hay trabajadores angelicales y jefes malvados y, sin embargo, la contraposición de intereses entre los unos y los otros es suficiente para representar un conflicto irreconciliable entre "capital" y "trabajo".

La película narra con crudeza (reforzada por la ausencia de música) una situación que mezcla lo social y lo emocional: social porque es común a todo aquel que dependa de su trabajo para vivir -es decir, la gran mayoría de la humanidad-, y emocional porque se adentra concretamente en un personaje depresivo. De este modo, no sólo se relacionan los estados anímicos con las circunstancias internas, sino también con las externas.

La interpretación de Marion Cotillard le queda como anillo al dedo a la sufrida protagonista. Destacan principalmente su forma de andar, su expresión corporal, los gestos faciales y, entre tantas otras, el intercalo continuo entre una voz viva o una voz ahogada que indican los constantes cambios emocionales del personaje. Cambios emocionales que, como vemos, cabalgan entre la desesperación, la ansiedad, la apatía, la angustia y cierto rayo de optimismo ocasional (provocado por las muestras de apoyo y solidaridad de compañeros y familiares). El resto de actuaciones no destacan demasiado.

En líneas generales es una película que retrata una realidad social demasiado habitual. Sin embargo, en medio de tanto derrotismo, la propia narración nos da un mensaje claro: la lucha conjunta nos hace fuertes y, por eso, ellos, los que parasitan y viven a costa del trabajo de otros, nos quieren divididos y enfrentados. Ante un panorama negro y desolado, se alumbra una esperanza para la lucha común: la solidaridad de clase entre los trabajadores.
Caturla
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