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Voto de LennyNero:
8
7,1
2.456
Documental
En el otoño de 2007, a Pasqual Maragall se le diagnostica la enfermedad de Alzheimer. Tras el duro golpe, él y su familia inician una cruzada contra la enfermedad, de la que esta película se convierte en testigo excepcional. Con inteligencia, sinceridad y buen humor, Maragall se deja retratar con su familia y los médicos para dejar constancia del día a día de su lucha personal. Dos años de seguimiento a un paciente excepcional dispuesto ... [+]
4 de octubre de 2010
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que es muy difícil tratar de objetivar un film como este por una sencilla razón: admiro a Pasqual Maragall. Y no se trata tan solo de la piedad que pueda despertar en mí su estado. Se trata de algo antiguo, desde que dio las olimpiadas a mi ciudad, desde que convirtió a esa ciudad triste y gris que era Barcelona en un referente, desde que situó a mi ciudad en el mapa del mundo. Sí, mi primer voto fue para él, y el último que he dado convencido también. Por ello ver a esa persona tan políticamente incorrecta, tan vivaz, tan genial a su modo, en un estado en el que poco a poco va desapareciendo como ser, no puede por menos que provocar en mí una sensación de tristeza que me aleja de cualquier rigor analítico en lo cinematográfico.
Pero, incluso más allá de estos sentimientos personales, más allá de la calidad (o no) del film que nos ocupa, lo que importa es el mensaje. La idea de que por el valor simbólico de la persona se pueda convencer a muchos y abrir los ojos a otros tantos de la terrible realidad a la que se enfrentan los enfermos de Alzheimer ya basta por sí sola para recomendar su visionado.
El añadido es que, no se trata de un one man show, no es un biopic lastimero sobre Pasqual Maragall, se trata de un documental que mima a otras realidades, a otros pacientes no tan conocidos que merecen tanta o más atención que el ex-presidente de la Generalitat. No porque su enfermedad sea peor (en eso el Alzheimer es muy democrático, trata a todos por igual) sino sencillamente porque son los olvidados, los marginados, los despachados en tristes residencias donde languidecen sin que nadie les haga mucho caso. Posiblemente esto es el mayor acierto del film, poner el ojo sobre estas realidades desconocidas, o mejor dicho tapadas, y de paso ponernos en alerta sobre una cosa que todos parecemos olvidar o no queremos asumir: todos somos víctimas potenciales.
Mientras no sepamos de dónde viene la enfermedad no sabemos cómo combatirla. Ese es el mensaje que se nos traslada junto al no menos importante de que hay que luchar y no abandonarse ni abandonar a los que padecen esta plaga. No obstante este no es un documental-caramelo, no se obvia en absoluto el dolor ni el sufrimiento de quienes tienen que convivir con un enfermo; lo más duro seguramente es ver a alguien que quieres perdiendo todo aquello que le convertía en un ser humano único e irrepetible. (sigue en spoiler)
Pero, incluso más allá de estos sentimientos personales, más allá de la calidad (o no) del film que nos ocupa, lo que importa es el mensaje. La idea de que por el valor simbólico de la persona se pueda convencer a muchos y abrir los ojos a otros tantos de la terrible realidad a la que se enfrentan los enfermos de Alzheimer ya basta por sí sola para recomendar su visionado.
El añadido es que, no se trata de un one man show, no es un biopic lastimero sobre Pasqual Maragall, se trata de un documental que mima a otras realidades, a otros pacientes no tan conocidos que merecen tanta o más atención que el ex-presidente de la Generalitat. No porque su enfermedad sea peor (en eso el Alzheimer es muy democrático, trata a todos por igual) sino sencillamente porque son los olvidados, los marginados, los despachados en tristes residencias donde languidecen sin que nadie les haga mucho caso. Posiblemente esto es el mayor acierto del film, poner el ojo sobre estas realidades desconocidas, o mejor dicho tapadas, y de paso ponernos en alerta sobre una cosa que todos parecemos olvidar o no queremos asumir: todos somos víctimas potenciales.
Mientras no sepamos de dónde viene la enfermedad no sabemos cómo combatirla. Ese es el mensaje que se nos traslada junto al no menos importante de que hay que luchar y no abandonarse ni abandonar a los que padecen esta plaga. No obstante este no es un documental-caramelo, no se obvia en absoluto el dolor ni el sufrimiento de quienes tienen que convivir con un enfermo; lo más duro seguramente es ver a alguien que quieres perdiendo todo aquello que le convertía en un ser humano único e irrepetible. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Dice Pasqual Maragall al inicio del documental que quiere que sea divertido, que no caiga en la conmiseración patética, en la piedad inútil. Dos objetivos que se cumplen a medias: ciertamente no es una película divertida, más bien todo lo contrario, pero al menos sí nos deja una impronta que se aleja de lastimeros ripios sobre el destino de su protagonista. Lo que se refleja es una lucha, una vida en proceso de cambio, y por qué no decirlo, de extinción, pero tambien un retrato de una persona que más allá de ideologías o simpatías personales aparece tal como es en estado puro. Un documental duro y necesario que nos acerca a la persona, que nos enfrenta a una terrible realidad pero que muy en el fondo marca un camino para la esperanza. Se puede y se debe luchar. A mí me ha costado verter lágrimas en un cine, pero no importa si ese el precio para que mi concienciación sobre el tema haya aumentado vertiginosamente.