Posiblemente Joseph Goebbels sea el inventor de la propaganda como medio de manipulación, al menos tal y como lo entendemos hoy en día. Así que, indirectamente, Gabriele Muccino está en deuda con él, ya que sin los concepctos goebbelianos esta película nunca hubiera podido ser realizada.

La técnica es muy sencilla, explicamos la historia verídica de un hombre llevado al límite que mediante su lucha y esfuerzo personal consigue el éxito en la vida. Como no, llevará consigo la responsabilidad de mantener a su hijo cosa que le dará más dramatismo al tema.

Hasta aquí la cosa sería poco original pero minimamente aceptable. Lo que pasa es que nos hallamos ante un mensaje que da auténtico miedo, porque detrás de ese disfraz de crítica social que nos muestra las abismales diferencias entre ricos y pobres, lo que se nos está diciendo es que precisamente el sueño americano consiste no sólo en triunfar mediante el propio esfuerzo, sino que lo más importante es huir de toda esa chusma de desdichados que prefieren la "comodidad" de vivir de la caridad a luchar por algo.

Así no hay ni un rasgo de solidaridad, ni una mínima traza de empatía hacia los más desfavorecidos, sólo son un mero y maloliente acompañamiento que nuestro heroe debe sufrir mientras no consigue sus objetivos. Pero ahí no acaba la cosa, ya que hay gran cantidad de detalles que nos revelan la película como una fábula neocon, por ejemplo la crítica al estado por cobrar impuestos, el machismo evidente al mostrar una mujer insolidaria, o esos momentos de paz espiritual en la comunidad religiosa.

Si algo hay salvable es Will Smith, al que hay que reconocer su actuación encomiable, sincera e incluso emotivo. Lástima que quede diluida tanto por el trasfondo del film como por la nefasta interpretación de su hijo, que más que pena lo que transmite es hastío y hartazgo por lo pesado y almibarado que resulta.

Hay quién dice que es una película a lo Frank Capra, yo diría más bien que es más parecido a un film de Leni Riefenstahl, de hecho no le hubiera venido nada mal titular esta película "El triunfo de la voluntad".

Lo mejor: Will Smith.
Lo peor: Su mensaje.