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Voto de jgripweed:
8
Western En Texas, dos años antes de estallar la Guerra Civil Americana, King Schultz (Christoph Waltz), un cazarrecompensas alemán que sigue la pista a unos asesinos para cobrar por sus cabezas, le promete al esclavo negro Django (Jamie Foxx) dejarlo en libertad si le ayuda a atraparlos. Él acepta, pues luego quiere ir a buscar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), esclava en una plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). (FILMAFFINITY) [+]
4 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos cuantos años se decía que el género del western estaba muerto. Obviamente, si uno se fija en la cantidad de películas relativas a pistoleros y cowboys del oeste que se hacían en los años cincuenta o sesenta, también hoy se podría decir que está muerto. Pero eso no impide que, de vez en cuando, salgan grandes obras encuadradas entre tiroteos y relatos de una zona salvaje allá por las américas, cuando había poca ley y mucha pólvora.

Y es normal. Todos tenemos pasión por unos cuantos títulos del oeste, o de vez en cuando (re) descubrimos joyas ya olvidadas, pero merecedoras de un lugar en nuestra estantería principal. Desde Ford hasta Leone, han sido tantas y tan variadas que era imposible que un individuo como Quentin Tarantino, personaje en el mejor sentido de la palabra y experto en sacar el jugo hasta la pulpa de todo aquello que mamó en su juventud, tardara mucho en prestarle merecido homenaje. Me congratulo por ello.

Django desencadenado se rinde ya a los ídolos de Tarantino desde el título, marcando pleitesía a aquel Sergio Corbucci con Franco Nero. Los spaghetti western siempre fueron una fuente de inspiración para el de Knoxville, que ha sabido ver en ellos mucho más allá que el resto de los mortales. Y tanto, como él dice, ya que los cowboys en Europa llegaban siempre un poco más lejos que los de Hollywood. Pero, aunque haya pasado casi medio siglo desde aquellos Djangos italo-españoles, el género no le sienta nada mal a Tarantino. De la mano, desde el principio, de un Christoph Waltz bastante agradable de ver, pero que no consigue que el doctor Schultz sorprenda tanto como el nazi Landa, y de un Jamie Foxx muy atrevido como el liberto Django, nos adentra en una historia, cómo no, de venganza y respuesta ante el mal. Y el mal, aquí, es otro actor de primer nivel: Leonardo DiCaprio. La verdad, se ha hablado mucho del papelazo que hace Leo en esta película, y es cierto. Destaca, para bien, su manera de enfrentar los diálogos tan peculiares de Tarantino, para los que tan bien nos ha calentado Waltz. Pero, de lo que no se habla tanto y es realmente sorprendente es la actuación de Samuel L. Jackson como Stephen, esa especie de mayordomo de confianza, fiel hasta la otra vida y listo como él solo. Impresionante e irreconocible.

Si la elección de los actores, y el espacio que se les deja recorrer, es buena, tampoco se queda manca la música. Tan importante para Tarantino, y tan efectiva, sobre todo cuando al empezar ya nos comba el humor al gusto sesentero,morriconamente, dejándonos prever que aquí vamos a estar ante un western clásico, pero de los otros clásicos. Eso sí, adaptado un poco al tarantinismo, con sangre, acción y, también, algunas notas de humor dignas de cierto grupo británico setentero, no sabemos si consciente o inconscientemente.

Película dirigida al público, para el público, con mucha pasta de por medio, y con mucha trayectoria en taquilla. Presumiblemente, a Tarantino no lo reconozca la crítica tanto como el espectador de a pie, pero hoy en día eso ya no importa. El cine es para gustar, no para gustarse. Y si uno se gusta gustando, mejor. No hay que pensar demasiado.

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http://diarioenred.com/2013/01/django-desencadenado/
jgripweed
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