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Voto de jgripweed:
5
Drama En la cima de su carrera como director, Alfred Hitchcock (Anthony Hopkins) decide filmar una película de terror aparentemente de baja categoría. Ningún estudio apoya el proyecto, así que Hitchcock decide financiarlo él mismo y rodarla con un equipo barato de TV. El resultado fue un fenómeno internacional y una de las películas más famosas e influyentes de la historia. (FILMAFFINITY)
6 de febrero de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El nombre de Alfred Hitchcock vende mucho, todavía, treinta años después de su muerte. Tanto como para que alguien haya tenido ganas de hacer y de financiar una película sobre una breve parte de su vida, aquélla que se sitúa alrededor del rodaje de una de sus obras más reconocidas y transgresoras: Psicosis.

Sacha Gervasi se atreve a mostrar, en la piel de Anthony Hopkins, una de las personalidades más complejas del mundo cinematográfico. Y es que, de todas las cosas que se han dicho sobre el orondo director británico, la mayoría ya convertidas en tópicos, desconocemos la completa veracidad, o la parte en la que él supo crearse un personaje que pudiera dar que hablar más allá de su talento detrás de las cámaras. No pasa nada. Esto no es ni mucho menos criticable ya que, ciertamente, la gran mayoría de las películas se basan en mentiras o ficciones para contar su verdad. Pero es una lástima que esos tópicos sean los que centren o vayan dando sentido a una historia no demasiado atractiva, cuyo mayor gancho pueda ser conocer más sobre Hitchcock y ver a Hopkins en sus papadas.

Sir Alfred tenía un talento indiscutible para oler las buenas historias y para plasmarlas en la gran pantalla. No en vano, son bastantes las películas firmadas por él que se pueden considerar obras maestras, y eso no está al alcance de casi nadie en doce décadas que llevamos, de momento. Y como genio talentoso, no iba a estar exento de manías y pequeñas locuras. Eso hace al personaje más entrañable, incluso carismático. Pero al trasladarlas a su vida casera, el trasfondo se convierte en una suerte de Escenas de matrimonio refinadas, en la que el orondo es él y la fina es la no tan santa Alma Reville (Helen Mirren), muy preocupada por las calorías que consume el marido y por controlar su imagen externa. Tal vez sin ella no habría sido quien fue, pero esos tópicos de las rubias y demás no dejan tampoco en muy buen lugar a la esposa del maestro.

Hitchcock se queda en una película apta para los curiosos sobre la vida del director, y sobre los entresijos que rodearon a la filmación de Psicosis: desde el momento en que se encapricha del libro en el que se basa la historia, hasta el estreno de la obra. Fue su último gran éxito y, tal vez, el más reconocido hoy en día. Tanto, que hace unos años se hizo un remake plano a plano, y ahora se estrena una ficción que podría ser un “cómo se hizo”. Pero Psicosis ha sido tan grande que ni ese remake ni este making of llegan a influir, ni para bien ni para mal, en la huella que dejó en la historia del cine.

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jgripweed
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