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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Años 80. El joven Aram, un marsellés de origen armenio, hace explotar el coche del embajador de Turquía en París. En ese momento, un ciclista que pasaba por allí es herido de gravedad. La madre del terrorista se siente culpable y siente la necesidad de ir a la habitación del hospital del herido para pedirle perdón, algo que éste no entiende. Por otra parte, Aram, en contra de la opinión de sus compañeros, decide ir a conocer a su víctima. (FILMAFFINITY) [+]
25 de octubre de 2015
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basándose en la autobiografía del periodista gallego José Antonio Gurriarán contenida en su libro: La Bomba, Robert Guédiguian traslada la acción del atentado del ESALA (Ejército Secreto Armenio para la Liberación de Armenia) en Madrid a la embajada de Turquía en París, no sin antes mostrar, en una especie de reportaje-ficción documentado, el origen de la violencia posterior del grupo armado, que no es otro que el "invisible" genocidio de su pueblo (millón y medio de muertos) a manos del imperialismo turco, no reconocido aún por los otomanos.

El odio, la venganza y el efecto publicitario suelen estar en la base de cualquier acción terrorista y la fórmula para acabar con estos actos y sus daños colaterales, según el realizador marsellés, Gurriarán y muchos que afortunadamente piensan como ellos, pasa por intentar llegar a la raíz, hacer un esfuerzo de comprensión y convencerles de que pueden luchar por su justa causa abandonando su sociedad con la muerte.

Esta otra forma de enfocar ha demostrado ser más efectiva, para erradicar las luchas armadas, que las represiones políticas, la cerrazón ante las negociaciones y el ninguneo de los estados poderosos para con los débiles y humillados. Claro que nos han hecho creer que lo políticamente correcto es castigar a quienes no cumplen con las reglas del juego, sin que reflexionemos sobre quienes y porqué han confeccionado tantas normas excluyentes.

Esta, mi crítica 800 para Filmaffinity, la he hecho coincidir, desde la 60 edición de la Seminci, con una película del valiente, comprometido y honesto Robert Guediguian, que trabaja para un mundo mejor utilizando el cine como herramienta, y al que le deseo el mayor éxito, porque no en balde él es uno de los nuestros.
Sinhué
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