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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
9
Drama Tasio trabaja como carbonero desde los catorce años en un pequeño pueblo navarro de la sierra de Urbasa. La vida cambia, pero el monte permanece siempre igual: abrupto y hermoso. Es el escenario de sus juegos infantiles, pero es también el lugar donde encuentra el sustento para su familia. Cuando se hace adulto, al carbón añadirá la caza furtiva. A pesar de que es la época del éxodo rural, de la emigración a las ciudades en busca de un ... [+]
25 de marzo de 2010
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer ví Tasio por quinta vez y volví a sentir nostalgia por lo que no volverá: los pueblos vivos en la montaña como un elemento más del paisaje; los niños que crecen entre burros, vacas, pájaros y lagartijas; la sencillez y cordialidad de las relaciones; las pocas palabras y las largas miradas cuando se habla; el olor a Domingo y a camisa blanca recién planchada.... Es una gran película y a la vez un tratado antropológico en toda regla.

Pero no es un canto, como pudiera parecer por mi introducción, al bucolismo de nuestros pueblos en la España profunda de mediados del siglo XX. Es un grito de rebeldía que escapa del pecho libertario de uno de los últimos carboneros (ikazkina, en euskera), que vivió como tal hasta, su muerte. En el año 1984, cuando Montxo Armendáriz estrenó Tasio en Vitoria, la hija del personaje en que está basada la historia estuvo en la sala, dando fe de que aquella era la vida de su padre.

Tasio fue uno de los hombres que dijo NO al progreso industrial y al esclavismo del jornalero con un argumento rotundo: "no me sale de las tripas, y ya está". Era, como acostumbran a decir la gente de su talla, "un hombre de verdad", que luchó contra el caciquismo, las necesidades y los abusos del poder con sus modestas herramientas: arrojo, astucia y conocimiento del medio. Él, debe más a sus ojos que a su boca, porque con ellos leía todas las señales de la naturaleza, todos los rastros, incluídos los de sus semejantes.
Y esos ojos son los que ha elegido el director navarro para que veamos a su través, mientras volamos en la verde alfombra musical de Angel Illarramendi por su primera película, que bien pudiera ser una parte importante de nuestros recuerdos y nuestras vidas; al menos de las vidas y recuerdos de quienes, más o menos por esas fechas nacimos en cualquier pueblecito de este pais.
Sinhué
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