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Voto de Sinhué:
7
7,3
30.987
Thriller. Intriga. Drama
Manuel (Antonio de la Torre), un influyente vicesecretario autonómico que lo tiene todo a favor para dar el salto a la política nacional, observa cómo su perfecta vida se desmorona a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción junto a Paco, uno de sus mejores amigos. Mientras los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de las dimensiones del escándalo, el partido cierra filas y únicamente Paco sale ... [+]
21 de enero de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El reino es tan real que hasta parece haber apagado a su alrededor las luces de la ficción, como si el director hubiera ordenado guardar todo el equipo y continuar con su propia mirada el día a día de la actualidad española. Es bueno, no lo dudo, transmitir esa sensación de verismo, pero aquí, en los tiempos que corren (¡y esto viene de muy lejos!) la película no sorprende en absoluto, e incluso nos puede resultar modosita. ¿Por qué dar protagonismo a un peón, vicesecretario autonómico, cuando todos sabemos que hay piezas mucho más gordas y sabrosas en este ajedrez de la corrupción? ¿Tal vez por cuestiones de financiación del proyecto?
Este es un país que siempre ha loado al triunfador sin analizar las circunstancias que le elevaron a lo alto de la pirámide; por eso los grandes escaladores han sido casi siempre los individuos menos escrupulosos, los más mentirosos y los enfermos (megalómanos y psicópatas). Los ciudadanos de a pie, los que aguantamos sobre nuestros hombros instituciones obsoletas, falsos representantes y poderes fácticos, aplaudimos con las orejas y aspiramos a ser un día tan sinvergüenzas como aquellos que pregonan en los mítines diarios, a través de sus medios audiovisuales y sus periódicos, que trabajan para nosotros. Es cultura, es tradición; por eso en las tabernas hispanas o en las franquicias con las que nos han invadido los que peor comen, se oyen constantemente afirmaciones del tipo:
- ¿y tú que harías si estuvieras ahí?..., ¡pues lo mismo que hacen ellos, colocar a los tuyos y forrarte!
Respuesta que suele contar con el beneplácito de la concurrencia y queda enmarcada, entre parabienes, como gran hito de la sabiduría popular. Diréis que exagero, pero eso es porque no vivís donde yo lo hago, donde “he visto cosas que vosotros no creeríais”…
Vertiginosamente, montados sobre Manuel, Sorogoyen nos hace participar de un recorrido guiado por uno de los cientos de chiringuitos financieros que desangran nuestra dignidad como pueblo, como demócratas (término quemado por quienes odian este concepto) y como individuos que aún sufren viendo cómo la libertad sigue siendo una palabra escrita en la pared.
Y lo mismo que cuando vemos esos programas de investigación, que parecen dejar las cosas tan nítidas, y que no tienen reflejo alguno en la vida real, salimos del cine con el convencimiento de que nada va a cambiar....
Este es un país que siempre ha loado al triunfador sin analizar las circunstancias que le elevaron a lo alto de la pirámide; por eso los grandes escaladores han sido casi siempre los individuos menos escrupulosos, los más mentirosos y los enfermos (megalómanos y psicópatas). Los ciudadanos de a pie, los que aguantamos sobre nuestros hombros instituciones obsoletas, falsos representantes y poderes fácticos, aplaudimos con las orejas y aspiramos a ser un día tan sinvergüenzas como aquellos que pregonan en los mítines diarios, a través de sus medios audiovisuales y sus periódicos, que trabajan para nosotros. Es cultura, es tradición; por eso en las tabernas hispanas o en las franquicias con las que nos han invadido los que peor comen, se oyen constantemente afirmaciones del tipo:
- ¿y tú que harías si estuvieras ahí?..., ¡pues lo mismo que hacen ellos, colocar a los tuyos y forrarte!
Respuesta que suele contar con el beneplácito de la concurrencia y queda enmarcada, entre parabienes, como gran hito de la sabiduría popular. Diréis que exagero, pero eso es porque no vivís donde yo lo hago, donde “he visto cosas que vosotros no creeríais”…
Vertiginosamente, montados sobre Manuel, Sorogoyen nos hace participar de un recorrido guiado por uno de los cientos de chiringuitos financieros que desangran nuestra dignidad como pueblo, como demócratas (término quemado por quienes odian este concepto) y como individuos que aún sufren viendo cómo la libertad sigue siendo una palabra escrita en la pared.
Y lo mismo que cuando vemos esos programas de investigación, que parecen dejar las cosas tan nítidas, y que no tienen reflejo alguno en la vida real, salimos del cine con el convencimiento de que nada va a cambiar....
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...porque si algo claro nos queda, tras este minucioso retrato de Rodrigo Sorogoyen, es que en este batiburrilo infecto de políticos, banqueros, empresarios, jueces, periodistas... y otras yerbas especulativas, siempre ganarán ellos. Y que cuando algún caso aparece, no solo es la punta del iceberg, son los cadáveres que ellos mismos desechan y que flotan disuasorios tras el apuñalamiento.
Lo otro, lo de ganar los ignorantes, también llamados votantes, sería un logro de la conciencia y del sentido común, y eso sí que queda más allá de Orión y de la Puerta de Tannhäuser.
Lo otro, lo de ganar los ignorantes, también llamados votantes, sería un logro de la conciencia y del sentido común, y eso sí que queda más allá de Orión y de la Puerta de Tannhäuser.