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España España · Barcelona
Voto de Cinexin:
6
Intriga Una mujer es acusada de asesinato y juzgada por ello. Todo el jurado popular cree en su culpabilidad, salvo un hombre que hará todo lo posible por defender su inocencia. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2011
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine hay grandes maestros y alumnos muy aventajados. Los grandes maestros elaboran obras de arte que nacen de su propia inspiración y los alumnos aventajados son capaces de hacer obras muy interesantes que nacen de inspirarse en los grandes maestros. Alfred Hitchcock fue un alumno aplicado y supo ver como nadie quiénes eran los verdaderos genios y cómo podía sacar fruto de ellos para aplicarlo a sus películas. Las sombras de “Asesinato” son, por ejemplo, las del expresionismo alemán; las situaciones y personajes cotidianos introducidos en las escenas de mayor tensión (impagable la escena de la preparación del té con una de las vecinas levantándose y sentándose continuamente para seguir a la que busca los utensilios para prepararlo) recuerdan al gran maestro Ford.

Seguramente Hitchcock fue más un artesano que un artista, pero eso tiene también su lado positivo: conocía bien su oficio y trabajaba sólo con lo que sabía que funciona bien en el cine, lo que hace vibrar a la mayoría de la gente, aun a riesgo de renunciar a gustar a una elite verdaderamente entendida. Es preferible esto que tener que aguantar las películas de directores que se creen grandes maestros no siéndolo y que por imprimir el sello de su supuesta genialidad a la obra, no hay manera de digerirla luego. En resumen: primero los grandes maestros, eso siempre; pero en segundo lugar, los grandes artesanos, siempre por delante de los pseudogenios.

Asesinato es una película interesante, hecha con oficio, si bien algunas de sus secuencias pueden parecernos ahora algo ingenuas y determinadas actuaciones demasiado teatrales. Pero, en conjunto, la historia se deja ver: un jurado tiene que deliberar sobre la inocencia o la culpabilidad de una joven actriz acusada de asesinato. La joven no recuerda nada de lo que ha sucedido, pero todas las pruebas están en su contra. El jurado está de acuerdo en condenarla, salvo un miembro, que no cree que sea culpable. Desde luego, la película no alcanza la calidad de “Doce hombres sin piedad” en las escenas en la que los doce miembros del jurado deliberan, ni mucho menos. Pero hay que decir en su favor que se estrenó casi treinta años antes.

Crítica 56
Cinexin
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