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España España · madrid
Voto de pela:
9
Drama Basada en un hecho real ocurrido en 1850, narra la historia de Solomon Northup, un culto músico negro que vivía con su familia en Nueva York. Tras tomar una copa con dos hombres, Solomon descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en una plantación de Louisiana. Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia y a la desesperación. Pero él decide no rendirse y esperar a que llegue el ... [+]
7 de enero de 2014
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un ejercicio didáctico para comprender la importancia del montaje cinematográfico Hitchcock nos ponía un sencillo ejemplo, mostraba un plano suyo son una ligera sonrisa y tras ese plano se montaban dos distintos: primero uno de un bebé y luego, tras mostrar el plano de Hitchcock de nuevo, se mostraba un plano de una adolescente en bikini. Evidentemente en el primer ejemplo la sensación que trasmitía Hitchcock era bondadosa y afable y en el segundo caso, un viejo verde. El primer plano de la sonrisa era el mismo pero el montaje lo convertía en algo totalmente distinto en cada caso. Esta poderosa demostración incluye una segunda lectura y es ¿Dónde queda entonces la importancia de la interpretación en el arte cinematográfico?. Hitchcock nos dio su respuesta en una de sus más célebres frases: “ los actores son ganado”. Pues bien, en esta hermosa y durísima película tenemos dos ejemplos de lo equivocado de este razonamiento y como dos grandes actores pueden trasmitir los más complejos y profundos sentimientos si tienen un director que les ponga en bandeja la oportunidad de hacerlo. Tanto Michael Fassbender como Chiwetel Ejiofor nos regalan una actuación profunda y sincera, que estalla en el último tramo de la película desnudando la podredumbre de la esclavitud, su miseria, como destroza la vida de los esclavos pero también como hunde en el desconcierto y la desesperación a los esclavistas. Y eso es lo verdaderamente emocionante de esta película que es capaz de bucear dentro de las tinieblas que supuso la esclavitud y no solo quedarse en la evidente injusticia de esta. Por un lado tenemos una recreación detallada, casi minuciosa, de lo que suponía ser esclavo, de como se les despojaba de su humanidad, de la violencia que sufrían y, por otro lado, asistimos al viaje a los infiernos de un hombre libre al que la esclavitud le roba todo y que nos dibuja el horror más profundo que puede sentir un hombre: la imposibilidad de estar con aquellas personas que amas, la terrible sensación que es tener que sentirte traidor para recuperar la libertad, saber que no estás haciendo nada malo pero que el dolor y la vergüenza no te dejen echar la mirada hacia atrás. Y del lado de los esclavistas hay profundidad también en la ciénaga moral que vislumbramos tras el rostro de Fassbender y de otros personajes y comprendemos que ninguna ley puede protegernos del destrozo moral que supone negar la condición humana a un semejante. La dirección de Steve McQueen es deslumbrante y utiliza sabiamente un lenguaje cinematográfico comedido para profundizar en el horror vivido por Solomon Northup y el resto de esclavos. Lo mismo asistimos a un plano fijo que sabe mezclar la angustia de un ahorcamiento con la crueldad de la indiferencia, como asistimos a la violencia más inhumana filmada con respeto y sin ningún efectismo. La puesta en escena es sobria y precisa, incluso cuando McQueen se permite alguna licencia con la fotografía esta funciona perfectamente, arropando la escena sin atisbo alguno de pretenciosidad. Mostrar que la esclavitud fue algo detestable es muy fácil de conseguir, pero 12 años de esclavitud va más allá, logra que comprendas que fue algo tan cruel que destrozaba el alma de todas aquellas personas que la padecían o infligían y la hace tan cercana que entendemos que, aunque sucedió hace 150 años, su negrura moral infecta todavía la conciencia de EEUU.
pela
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