La semana pasada vi la película Melody, después de 35 años, en compañía de mi esposo, quien tiene sobrinos de esa edad. Recuerdo que en 1973 cuando la vi por primera vez, me pareció una película linda, muy romántica y varios pasajes de la película quedaron grabadas en mi memoria como la parte en que Ornshaw sube al auto de Daniel Latimer, y le indica a la madre de éste que domicilia en una casa grande y elegante cuando su realidad era muy distinta; recordaba también la clase de danza y que Melody Perkins y Daniel en vez de ir a clases, fueron a pasear por distintos lugares, manifestando su deseo de casarse sin tener que esperar a ser adultos. Es la expresión del amor puro, verdadero, que supera todos los obstaculos.
En esta oportunidad, me pareció una bella película, en la cual los púberes se enfrentan al orden establecido de la sociedad que les tocó vivir (¿porque esperar tanto tiempo para estar juntos si ellos se quieren ahora?), asimismo cuestionan el tipo de enseñanza vertical, memorista, en base a castigos físicos, en la que los profesores no llegan a explicar por ejemplo la importancia de aprender latin y tampoco explican: ¿Porqué la batalla de los ingleses tuvo que llevarse a cabo en tierras españolas? son preguntas que les hace Ornshaw a los profesores, las mismas que quedaron sin respuesta en la película. A mi esposo, le pareció más bien, una película para adultos: le impresionó el dibujo del desnudo de Danny, así como su reacción ante la actitud de su padre quien se puso a leer el periodico en la mesa durante el desayuno sin prestarle atención, así como el estallido de la bomba casera elaborada por un compañerito de clases en el vehículo de la madre de Danny. A mi parecer fue una expresión de rebeldía y que buscaba llamar la atención así como una reacción ante la actitud de los padres y de los profesores, es un mensaje muy actual.