Está claro que el listón de calidad de Michael Mann es muy alto: los actores de sus películas siempre interpretan bien (incluso logró sacar matices a Will Smith), su búsqueda del realismo es exquisita (tiroteos reales, luz natural en situaciones límite) y su interés por contar algo hace que sus filmes nunca queden cojos de factor humano.

Pero aquí la historia falla. Y es una pena. Porque el resto es atrayente, sugerente y hasta sutil. Desde la presencia de Gong Li hasta la intensa mirada de Luis Tosar, pasando por el acertado uso del montaje y la banda sonora, "Miami Vice" demuestra que ha sido creado con mimo.

Pero es que el guión flojea. Tal vez por ser material de encargo (al contrario que la personal "Heat" o "El dilema") o tal vez porque Mann se confió tras el éxito de "Collateral".

No importa. La próxima peli de Mann será buena. Su autoexigencia le habrá hecho consciente de los errores cometidos en este filme.