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Voto de glothisman:
10
Drama. Comedia En 1984, durante una huelga de mineros en el condado de Durham, se suceden los enfrentamientos entre piquetes y policía. Entre los mineros más exaltados están Tony y su padre. Éste se ha empeñado en que Billy, su hijo pequeño, reciba clases de boxeo. Pero, aunque el chico tiene un buen juego de piernas, carece por completo de pegada. Un día, en el gimnasio, Billy observa la clase de ballet de la señora Wilkinson, una mujer de carácter ... [+]
26 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que todos conocemos los trucos de los que se vale Billy Elliot para conquistar el corazón del espectador: un niño huérfano, una comunidad deprimida, una abuela entrañable, etc. Los que objetan que hay cierto almíbar deliberado, olvidan que hay a veces historias reales que contadas tal cual corren el riesgo de parecer azucaradas; aún así eso no las hace menos reales. En todo caso, una historia dulce, bonita, de superación o como quiera llamarse,no puede servir, más allá de la ética personal o las preferencias personales, como argumento para invalidar una propuesta cinematográfica y Billy Elliot, en este sentido, es incontestable.

De hecho, creo que insistir demasiado en lo que esta película tiene de cuento o de fábula bienintencionada y familiar, lleva a muchos a ignorar el enorme talento cinematográfico desplegado por el director en la que era su primera película. Billy Elliot funciona a todos los niveles. Narrativamente es prodigiosa, el guión tiene la virtud de contrapesar la historia de la huelga con la de Billy sin despeñarse, la fotografía y los colores marcan la época de un modo indeleble, los secundarios están contenidos y en su sitio, la música junto con el carisma del personaje principal dotan de alma a la película y hasta el doblaje, que podría haber estropeado fácilmente tanto esfuerzo, se revela en esta ocasión como un trabajo fantástico.

Pero donde está película se hace grande y golpea fuerte es en la composición de las escenas. Escenas que rodadas por otro director, no valdrían nada, se transforman en momentos de cine asombrosos en los que el uso de la cámara, la música y el montaje desbordan completamente la retina del espectador. Hay que tener mucho talento para hacer eso. Hay que tener mucho talento para encontrar y componer en tu primera película un personaje que te permita franquear las puertas de la historia del cine. En este sentido, y como ocurre en todas las grandes historias, lo que resulta evidente para cualquier espectador después de acabada la película, es que Jamie Bell, por muchas películas que haga el futuro, ya nunca podrá dejar de ser Billy Elliot.
glothisman
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