John McTiernan responsable de una tal "Die Hard" (Jungla de Cristal y Jungla de Cristal 3: La venganza), nos presentó en 1987 uno de los alienígenas que se convertiría (Junto a Alien) en uno de los más famosos del cine con un bautismo de fuego hecho por el mismísimo Swarzenegger.

Un grupo de mercenarios anabolizados hasta las cejas son contratados por la CIA para rescatar... la verdad es que esa parte nunca importó. Un grupo de hombres será cazado uno a uno por una amenaza invisible y de arsenal desconocido mientras realizan una extracción de rehenes en América Central. Nuestro grupo de élite, y en concreto Chuache, será llevado al límite ante este peligro desconocido y mortal.

Acción, Ciencia Ficción y Thriller en su máxima expresión. Un reparto comandado por Swarzenegger seguido de secundarios como Carl Weathers o Bill Duke, y la famosa oportunidad perdida de Jean-Claude Van Damme de encarnar al Depredador sustituido por Kevin Peter Hall. Mención aparte para nuestro amigo "Predator", que se muestra cuando se tiene que mostrar, es implacable, sádico e impone los 2 metros 18 centímetros del atleta estadounidense que lo encarna.

Las secuencias de acción son dignas del clímax de "Comando", también protagonizada por Chuache, y los toques de Sci-fi con el suspense visto con ojos de 1987 elevan al film a una categoría superior. Los diálogos son muy mejorables aunque alguna carcajada se suelta. El humor no tiene forma de chiste, sino de expresiones espontáneas de incredulidad. La parte mística y misteriosa le sienta genial. El clímax es un "mano a mano" de los que marcan época.

Hay algo en los árboles. Conviértete en el Depredador o sé la presa de él. Recordemos que si sangra, podemos matarlo.

Clásico imperdible hoy, mañana y siempre.