Hubo un tiempo en el que la actuación lo era todo. En el que la fotografía, un buen argumento y un ritmo sumamente calculado era el pasaporte al disfrute de una buena película. Un tiempo en el que no se necesitaban gafas para ver la película, en el que no se veían trailers desde meses antes del estreno y donde se podía ir a ver cine por el simple echo de gozar del mismo.
Viendo el panorama actual y las críticas recibidas por esta película mucho me temo que ese tiempo ha pasado. Enemigos públicos es la historia de un ladrón y el policía que lo persigue. Simplemente eso. Acertadamente el resto de secundarios aparecen "difuminados" en el metraje, con la única excepción de la novia del protagonista, a la que se le da un poco más de importancia pero sin invadir el espacio principal claramente pensado para estar ocupado por los dos protagonistas: policía y asesino.
Ambos papeles, interpretados magistralmente por Christian Bale y Johnny Depp cuyas interpretaciones me temo no han sido comprendidos en absoluto:
Muchas críticas hablan acerca de la poca expresividad del policía y de que al asesino no se le coge cariño. Bueno, no conozco personalmente a ningún asesino, pero dudo de que sean personas amigables y mucho menos "carismáticos". Sí que tengo el gusto de conocer policías y desde luego cuando realizan su trabajo no son la alegría de la fiesta.
Y eso es lo que rebosa esta película: realismo. Una cualidad bastante escasa hoy en día, con gran parte de las producciones obcecadas en caricaturizar a asesinos como gente graciosa o incluso entrañable, alejándose por completo del cuadro psicológico de esos deleznables personajes.
Habrá quien diga: ¡Sólo es cine! Es cierto, el cine es inmaginación pero, ¿acaso no hay lugar para el realismo en el cine actual? Me gustaría haber leído en las críticas más " no era lo que me esperaba" a tantos " es una mala película" como he leído.
Entre el ritmo pausado y el enfoque realista antes mencionado, el director se permite unas cuantas escenas de aparente simplismo pero con una gran belleza visual, rematándolo en la escena del cine que es, para mi gusto, uno de los finales más poéticos de los que se han rodado en los últimos años.
En definitiva podría definir la acogida que ha tenido esta película con una palabra: incomprensión. Creo firmemente que mucha gente acudió con muchos prejuicios a las salas esperando encontrarse algo parecido a "Camino a la Perdición" y, encontrándose algo totalmente distinto tildó a la película de falta de ritmo, poco emocionante o aburrida.
Recomiendo un segundo visionado, ya librado de los pejuicios iniciales, para disfrutar de esta película en su total extensión.