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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
4
Thriller. Drama. Intriga En un instituto, el último día de clase, una profesora se despide de sus alumnos y, además de anunciarles que deja la escuela, les confiesa que su hija de cuatro años que, aparentemente, murió ahogada en la piscina de la escuela, fue en realidad asesinada por dos estudiantes de esa misma clase. También les hace saber que ya ha puesto en marcha su venganza contra ellos. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2010
19 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que me las prometía muy felices. Después de haber oído los buenos resultados cosechados en Sitges, la fiebre provocada en Japón, y su casi segura selección para representar al país nipón en la próxima edición de los Oscar la cosa no podía pintar mejor. Prólogo, directo, quedo noqueado por su brillante estilo visual, y de dicción, por su descarada ironía, por su relamido sarcasmo, por lo actual de su discurso: el vacío desarrollado en las sociedades avanzadas, la pérdida de valores, la desorientación, la venganza como intelecto, la ignorancia supina, la indiferencia ante el otro, un igual, convertido en mero paria o parásito, sólo aprovechable como pasatiempo o medio para el ascenso en la escala social y material inculcada por el capitalismo globalizador, la desconexión entre adultos y adolescentes, entre padres e hijos, la infantilización de los mayores y los aires de superioridad de los jóvenes, la noticia impactante (ya nada asombra) convertida en carnaza sensacionalista por los medios, y finalmente, el progreso mal entendido, su cortocircuito, la hecatombe humanizadora, el nihilismo al que estamos abocados. Con todas estas premisas, uno no puede sino dejarse llevar, prestar atención, o mejor diría, pegar la oreja ante tamaña presentación, pues asistir a este engendro es como asistir a una lectura literaria (no me siento en una butaca para que me piten los oídos ante tal exceso literario). No se lo crean, son fuegos de artificio que acaban provocando el desquiciamiento del espectador, al menos al curtido. Existe una regla sagrada en el cine, a menos que seas un Allen, o un Bergman, que seguramente las nuevas generaciones no se molestarán en acercarse a ella: menos es más. La seleccionada el año pasado por Japón, Okuribito (Departures), lo entendía a la perfección, son los extremos que a veces se tocan, pero muy raramente. Es imposible ser más obtuso, envalentonado y cargante que la mano de este director. Echa abajo todas sus virtudes, esas pinceladas descomunales de verdad actual, en aras del exceso, un problema bastante arraigado en cierto tipo de cintas orientales. Y el espectador no siente más que impotencia, y unas ganas apremiantes por abandonar la sala cuanto antes. El desarrollo y el clímax de esta película son tan interminables como aquellos conejitos de las pilas de Duracell, o el papel higiénico de Scotex. Y en definitiva, su cáncer, que nace a los veinte minutos de proyección, con una modernidad mal entendida, y se prolonga indefinidamente convirtiendo a Confessions en una de las mayores torturas que haya sufrido en el cine últimamente. Es como el discurso cargado del joven que parece que se va a comer el mundo... hasta que se da de morros contra el suelo, contra la realidad.
(Lo siento, pero me dicen que mi crítica es demasiado larga, por lo que te animo a continuarla en la crítica con spoiler, pero tranquilo, no cuenta nada del argumento).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
La Maga
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