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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
8
Drama Dan Dunne (Ryan Gosling), un profesor de un conflictivo instituto de Brooklyn, es adicto a las drogas. Cuando Drey, una problemática estudiante, descubre su secreto, nace entre ambos una insólita amistad. (FILMAFFINITY)
26 de mayo de 2007
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Half Nelson consigue sortear todas las convenciones del subgénero, amén de la perniciosa estética MTV.
En esta ocasión, no es el alumno el que necesita un cicerone que le sirva de faro, sino el propio profesor el que gravita sobre una especie de limbo existencial. Dan, como bien indica el título de la película, es medio Nelson, la figura de lo que podría ser el nuevo drogadicto, ciudadano inserto en el sistema que, aun siendo consciente de su estancamiento, prefiere ocultar sus miserias y derrotas en una intimidad complaciente, nostálgica y autodestructiva. Lo personal y lo profesional van de la mano, como su teoría de los contrarios. Entre la resaca y la lucidez, la derrota y la esperanza, el pasado (la mujer de su vida) y el futuro (un libro que parece que nunca acaba de arrancar), Nelson (y su pupila) guardan una relación muy estrecha con los personajes de John Huston (el plano final es un homenaje a Fat City, 1972), seres derrotados (de antemano) que a ojos del director ni mucho menos son perdedores. Adiós a los profesores de redichas conductas morales y didácticas fastuosas, bienvenido al único y más pragmático de los aprendizajes: la transparencia vital de la supervivencia. Ryan Gosling, nominado al Oscar por este papel, lleva a cabo una interpretación cargada de matices y apuntala su carrera tras sus notables demostraciones de actor de raza en El creyente (2001) y El diario de Noa (2004).
Fleck deja respirar a sus personajes, y como el cine de Cassavetes, apoyado en balanceados y difuminados primeros planos, los acompaña sin premeditación en sus imprevisibles y erráticos desplazamientos. La cámara transmite la angustia física de su privacidad, de sus indecisiones, superándose así la realidad misma en un acercamiento convincente por su simulación. Interactúa con nuestros hábitos a la hora de mirar gracias a una realización intemporal, de humor auto-paródico, que no se repite y que revela las fracturas de unos límites promiscuos e impudorosos, con planos de pasmosa concisión, con la audacia y la espontaneidad propias de un cineasta que quisiera saltarse las reglas. Como la sombra de un francotirador, su aislamiento sobrevuela lo underground, la contra-cultura. En una inversión emocional y material poco corriente, sin concesiones superficiales o comerciales, es su sabia mezcla de delicadeza y manipulación mistificadora lo que acaba aportando afecto, ternura y calidad humana a su película. La adhesión y lealtad a sus convicciones le convierten en un captador de instantes (atención a la escena del baño). Dibuja a su protagonista partiendo del caos, el misterio y la confusión para llegar a la luz, y sin justificaciones, explicaciones o retóricas psicológicas, lo capta en lo que tiene de más inmediato y bruto, en lo que tiene de enigmático. Desarrollada en una zona crepuscular e incierta, como la penumbra de sus planos, Half Nelson es un desordenado e imprevisible descubrimiento de cine independiente que merece toda mi empatía.
La Maga
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