Cuando el western, el más cinematográfico y clásico de los géneros del cine americano, parecía muerto, tuvo que llegar el gran Clint para ofrecer el que para quien esto escribe es el mejor de la historia del cine, superando a los títulos más grandes de Ford, Mann o Hawks, lo cual parecía imposible.

El propio Eastwood interpreta magistralmente, como nunca, el personaje principal, un viejo pistolero que vive retirado con sus hijos criando cerdos, pero que no duda en aceptar un nuevo encargo por petición de un viejo amigo: una prostituta ha sido acuchillada en la cara por unos clientes, y sus compañeras ofrecen una buena recompensa por su captura. Gene Hackman, como el sheriff de la localidad en la que suceden los hechos, le da la réplica brillantemente y recibió por ello un merecidísimo Oscar.

'Sin perdón' es una absoluta obra maestra, un maravilloso y reflexivo western crepuscular que sobresale por su calidad cinematográfica y sus inolvidables imágenes, pero sobretodo, por que es uno de los pocos westerns morales que se han hecho. Es muy fácil en este género matar gratuitamente, y que esto se muestre banalmente, pero aquí su espléndido protagonista se pregunta sobre lo que supone matar a un hombre. Esto es lo que realmente diferencia a 'Sin perdón' de sus colegas de género y la eleva por encima de ellas.