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España España · Madrid
Voto de chechu:
6
Comedia. Acción. Drama. Western Almería, desierto de Tabernas, año 2002. Texas Hollywood es un polvoriento poblado del Oeste donde hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive Julián (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. Con él trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: Cheyen (Ángel de Andrés), el pistolero cobarde; Manuel (Manuel Tallafé), el doble temerario; Arrastrao (Enrique Martínez), el jinete sin ... [+]
22 de marzo de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alex de la iglesia nos sumerge una vez más en ese mundo gobernado por perdedores que se creen héroes absolutos de su patética realidad. En este caso, el turno le llega a un antiguo especialista de los Spaguetti Western rodados en el desierto de almería, alcoóholico y putero a partes iguales, que tras acabársele su medio de vida no duda en dirigir un decadente espectáculo homenaje de dichas películas. Junto a él, le acompañan en dichos espectáculos, un grupo de perdedores sin personalidad. Un dia, la paz de ese grupo se ve perturbada por la presencia un desconocido nieto que conseguirá sacar lo mejor de él.

El afamado director vasco quiso en esta película hacer su homenaje particular a todos aquellos que trabajaron en el desierto de Almería y que pasaron al olvido en cuanto la industria desapareció. En este sentido, Sancho Gracia encarna a la perfección la figura de viejo nostálgico orgullosísimo por algo que nadie le da importancia. La cinta ahonda también en otra serie de cuestiones relacionadas con el abuso de poder, y con la dificultad de educar a un niño.

A pesar de que se hizo un esfuerzo considerable en confeccionar grandes efectos especiales, el fuerte de la película es un buen guión que alberga muy buenas historias humanas. Cabe decir, que todo ese esfuerzo económico que se hizo no sirvió más que para hacer unos efectos especiales que en ningún momento sorprenden. La otra pena de esta producción, es un final muy poco creíble y varias escenas en las que a Alex de la Iglesia se le fue la pinza.

Respecto a los actores, se hecha de menos un mejor aprovechamiento de Carmen Maura y Terele Pávez, una mayor naturalidad en la interpretación de Eusebio Poncela, y un menor repelentismo en el niño. A destacar un Sancho Gracia inconmensurable, un Ángel de Andrés que vuelve a demostrar que es uno de los mejores secundarios del cine español, y una bellísima y desconocida Yoima Valdez que llena la pantalla con su naturalidad en varias escenas complicadas.

Finalmente, destacar la curiosidad de ver a Cesáreo Estebánez recuperando su viejo papel de agente de la ley en farmacia de guardia. Quizás, otro homenaje de Alex de la Iglesia al que sólo le falta la mítica frase... ¡Para dentro Romerales!
chechu
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