El senador Mccarthy, en un arrebato de yoismo y de trepismo, puso en jaque a la sociedad norteamericana de los años 50 con un intento de ganar puntos a través del rechazo de esta sociedad al sistema comunista. Para ello, no dudó en "sacrificar" a muchos conciudadanos inocentes con el fin de convencer a los demás de que iba a salvar el mundo de ese mal, condenando a los "sacrificados" al más oscuro ostracismo. Tal y como ocurriera en Europa durante la oscura influencia de los tribunales de la inquisición, dicho senador impulsó un estado del terror consistente en que cualquiera que se hubiera cruzado por la calle con un comunista pasaba automáticamente a ser considerado comunista.

Uno de los sectores que más sufrió las ansias de poder de este personajillo fue el sector cultural. Para que la cortina de humo perpetrada por este señor tuviera éxito, era necesario que fuera realmente convincente; y eso pasaba por desacreditar una industria con un alto poder de influir en los valores de la sociedad, el cine. Esta película nos muestra a través de los ojos de un famoso director de cine, toda esa persecución. Las acusaciones gratuitas, las dificultades que tuvieron para poder trabajar, la soledad a dodne se vieron abocados...; y lo que es peor, una única salida a esa situación consistente en delatar a unos amigos también inocentes.

La película supone un hito a la hora de no olvidar el sufrimiento de esa gente, y de hacernos recordar cuanto terrible es el poder sin responsabilidad hacia los conciudadanos. Para ello, presente una ambientación muy bien cuidada, unos personajes muy representativos, y unas sólidas actuaciones. Sus mayores peros, tal vez sean el no haber recurrido a personajes reales y lo aburridas que resultan algunas escenas.

En cuanto a las actuaciones, destacar a un Robert de Niro que, aunque no consigue lucirse como en otras, hace una muy buena interpretación. Del resto, se echa en falta un mayor peso en el personaje interpretado por Annette Bening y una mayor seriedad a la hora de retratar al personaje interpretado por patricia Wettig.