La frustración de Sandra, el deseo irrefrenable de Lorna, la ira de Holly, la ternura de Maggie o la nostalgia de Diana. Son solo algunos de los sentimientos de estas 9 mujeres, de estas 9 vidas, de 9 pedazos de realidad.
La película nos muestra con acierto y sin trucos los sentimientos más profundos y desgarradores de estas mujeres, cuyo camino hacia la felicidad pasa por la soledad, el olvido y el dolor. En 12 minutos, Rodrigo García nos permite entrar en la vida de cada una de ellas, pero no al estilo cinematográfico sino como ocurre en el mundo real, donde las historias están ya empezadas y no necesariamente han de tener un final. Simplemente es cuestión de meterse en su piel e intentar entender por qué actúan de esa manera y qué les ha llevado hasta ahí. Sin duda, es una películas que te permite pensar más allá de lo que se ve y en la que no hay solamente una interpretación posible.
Pese a los altibajos (hay historias asombrosas y otras más bien descafeinadas), la película se sostiene de manera sólida por la fuerza interpretativa de sus actrices, destacando a Glenn Close (su historia del cementerio es conmovedora) y a una espléndida Robin Wright Penn, que hace una de las mejores interpretaciones de su carrera.

Muy recomendable para quien esté ansioso de ver cine independiente con mayúsculas e historias realistas con algo que decir.