Adaptación de la novela de Ira Levin, Polanski hace que la historia narrativa sea mejor si es hecha película. La interpretación de los personajes bebe mucho de su tiempo y la obra en sí también, por lo tanto todo sigue de buena forma. La banda sonora sí que en momentos no me parecía tan acorde con el drama que vivía el personaje, pero no ha disminuido su calidad en ningún momento. Lo mejor de la película es la dirección de Polanski. Hay varios planos que nunca había visto tan bien realizados y que son increíbles. El terror de la película se describe de forma muy psicológica y para recibirlo hay que ser empático con la historia que vive Rosmerary. “La semilla del diablo” tiene un trasfondo puramente religioso, con algunos toques conservadores. El motivo de esta consideración es que el personaje puede interpretarse como culpable por formarse en el catolicismo y no ser creyente del todo. El hecho de que los hechos que acontecen se desarollen de esa manera lo explican de alguna manera. Aparte de esto, hay una relación de poder y superioridad en Rosemary y Guy Woodhouse. A muchos lxs podrá chocar pero no hay que olvidar el contexto de la obra. Tener en cuenta que en la obra de Ira Levin ya existía la sumisión y la fragilidad de Rosemary y el paternalismo, la violencia y el “machismo” de Guy. Sin embargo, esto no es lo más importante dado que para la trama carece de relevancia. Podemos detallar que Ari Aster para “Midsommar” podría haber encontrado referencias en esta película, ya que comparten similitudes. Película para revisionar, para disfrutar de una buena historia de terror y sobre todo para educarse en valores.