Antiguos compañeros de universidad se reúnen imprevistamente al recibir la noticia de que uno de ellos se ha suicidado. Después del funeral, pasarán el fin de semana juntos, compartiendo sentimientos y restableciendo vínculos.

Lawrence Kasdan retoma la silla de director para filmar el retrato de una generación en lucha por liberarse de la frustración, y lo hace rodeado de un competente reparto coral e insertando en el metraje una serie de canciones de su época. Una década después, Kenneth Branagh haría lo propio desde la perspectiva británica con “Los amigos de Peter”.



"Intentar recuperar esa esperanza."