Imaginen que un buen día aprece en cartelera española un documental sobre la Pamplonada, donde dice que lo que corre por las calles son perros Chihuahua castrados y enfermos de sarna, ese mismo día aparece en Brasil una película que dice que el carnaval es una marcha de frailes, curas, religiosos y religiosas con calzones de castidad y dándose latigazos en todo el cuerpo, mientras su selección nacional de futbol va detras de ellos con correas al cuello, cargando bultos como bestias de carga, otra película muestra a un Estados Unidos donde el beisbol es jugado solo por "islámicos, comunistas, niñas obesas y transexuales". Pues esa es la misma indignación que sentí al ver como maltrataban a mi país, a uno de los deportes más queridos por el pueblo de México.
Pero como versa el título, Jack no se tiene la culpa, la culpa es del resto, del pseudodeportista que encarno al luchador principal (omito su nombre por respeto al deporte), a la mexicana Ana de la Reguera que se presto para semejante insulto, y al director por no informarse ni un poco de lo que es la lucha libre.

¿Qué tan buena fué la actuación de Jack?... Pués sigue siendo uno de mis comediantes favoritos.