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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
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6,7
3.210
Romance. Comedia
Allen, compositor musical, y Jan, decoradora de interiores, se ven obligados a compartir temporalmente la misma línea de teléfono, lo que da lugar a continuas discusiones entre ellos. Los dos trabajan para el mismo jefe, Jonathan, pero no se conocen personalmente. Jonathan pretende a Jan y quiere casarse con ella. Sin embargo, en una fiesta, Allen reconoce por la voz a Jan y entabla conversación con ella ocultando su identidad. (FILMAFFINITY) [+]
3 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, la mejor de todas aquellas deliciosas comedias entre Rock Hudson y Doris Day siempre escudados por Tony Randall y en esta ocasión por una magnífica, y sarcástica, Thelma Ritter...
En un tiempo muy, muy... lejano, cuando la telefonía móvil no era ni un inspirado sueño pero las líneas terrestres sí sumamente demandadas por una sociedad subida a la cresta de la ola de una economía que iba como un tiro, en una era inmensamente optimista en la que triunfaba el consumismo, dos ciudadanos, él un compositor bastante crápula y ella una ambiciosa decoradora sólo preocupada por su carrera, se ven obligados a compartir línea telefónica y entre confidencias a través de cruces telefónicos, por malos entendidos y con argucias y suplantaciones, veremos una nueva comedia, romántica y de enredos, una nueva comedia blanca, muy blanca, entre Rock -y su rostro de buen muchacho- y Doris -y sus fruncidos gestos-, que tan buen sabor de boca me dejaron desde que siendo niño las veía por televisión... Y me autoengañaba, en ellas, refugiándome en un lugar donde siempre estaría a salvo, donde nunca podría ocurrir nada malo, donde, entre sus tonos pasteles, pareciese que el mundo era un mundo dulce y acogedor... como el escaparate de una pastelería.
En un tiempo muy, muy... lejano, cuando la telefonía móvil no era ni un inspirado sueño pero las líneas terrestres sí sumamente demandadas por una sociedad subida a la cresta de la ola de una economía que iba como un tiro, en una era inmensamente optimista en la que triunfaba el consumismo, dos ciudadanos, él un compositor bastante crápula y ella una ambiciosa decoradora sólo preocupada por su carrera, se ven obligados a compartir línea telefónica y entre confidencias a través de cruces telefónicos, por malos entendidos y con argucias y suplantaciones, veremos una nueva comedia, romántica y de enredos, una nueva comedia blanca, muy blanca, entre Rock -y su rostro de buen muchacho- y Doris -y sus fruncidos gestos-, que tan buen sabor de boca me dejaron desde que siendo niño las veía por televisión... Y me autoengañaba, en ellas, refugiándome en un lugar donde siempre estaría a salvo, donde nunca podría ocurrir nada malo, donde, entre sus tonos pasteles, pareciese que el mundo era un mundo dulce y acogedor... como el escaparate de una pastelería.