Una magnífica peli de safaris que aunque no alcanza -al menos en mi opinión- a "Mogambo" (1953, John Ford) ni tampoco a "Las minas del rey Salomón" (1950), contiene unos más que esplendorosos planos recreando la captura de animales salvajes... aunque bueno, creo que el empleo del verbo recrear no es adecuado en esta ocasión, pues en realidad lo que Hawks filma son persecuciones auténticas a la fauna africana, incluso en una de ellas -en la que tratan de capturar a un rinoceronte a lazo cabalgando sobre veloces “yips” (jeeps)- uno de los actores, creo que Wayne, llegó a lesionarse de cierta gravedad; en un rodaje que, en general, fue bastante duro, además hemos de contar con que algunos de sus protagonistas eran ya bastante veteranos.

Una de safaris, con una mentalidad bastante avanzada -muy alejado de aquellos de la era del Tarzán de Johnny Weissmüller y Maureen O'Sullivan-, que retrata formidablemente la vida salvaje pero que se queda algo corto en cuanto a la fauna humana, quizá un poco al contrario que en “Mogambo”. Y al final no he podido evitar comparar estos dos excelentes films, que si con ellos pudiésemos hacer un remix en el que insertásemos las escenas de acción africana de “Hatari” en el relato de conflictos amorosos de “Mogambo”, obtendríamos la madre de todos los safaris que en el cine han sido…