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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
9
Drama. Cine negro Verano de 1949. Ed Crane (Billy Bob Thornton), un introvertido barbero de un pueblecito del norte de California, se siente insatisfecho de su rutinaria vida. Las infidelidades de su mujer (Frances McDormand) le brindan la oportunidad de ejercer un chantaje que podría ayudarle a cambiar su apática existencia. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en algo son especialistas, los hermanos Coen, es en narrarnos el relato; y en esta ocasión se lo oímos en la intimista confesión de un hombre, sin brillo, sin brío, con alma sombría y tan alejado de la realidad que ésta le sorprenderá cada vez que se la encuentre. Quien, entre confidencias, nos presentará a su esposa (Frances McDormand) a la que, en el fondo, ya no conoce. Nos mostrará, también, al amante de ésta (James Gandolfini); un hombre arrogante que oculta profundas debilidades. Nos guiará por la trama en la que se verá envuelto tras creer hallar, cómo, resarcirse tras la propuesta de un estrafalario empresario (Jon Polito). Nos narrará los giros de unos acontecimientos que pondrán a su vida del revés y en las manos de un prestigioso y caro abogado de la gran ciudad (Tony Shalhoub). Nos dirá que ya no le importan sus semejantes; que, quizá, nunca le importaron. Pero sobre todo nos habla de su insípida existencia; y nos la cuenta como "el hombre que nunca estuvo allí".

Ese hombre es, Ed Crane (Billy Bob Thonton), un peluquero introvertido y de mediana edad. Oficio que ejerce sin ninguna vocación, empleado en el establecimiento de su cuñado (Michael Badalucco), en una pequeña localidad californiana a finales de los años cuarenta. Población en la que verá como su apática vida se embarca en un remolino de acontecimientos ante los que se limitará a dejarse arrastrar como una hoja por la corriente del tiempo. Discurrir que nos narra, con indiferencia ante el destino, entre el lento y tenue movimiento del blanco y negro.

Cuando, Ed Crane, busca sentido a su vida; únicamente halla a su sino, y éste será; insospechado. Entonces buscará refugio en una esencia, en una inteligente y hermosa joven (Scarlett Johansson) a la que idealizará; en la que volcará su anhelo de ser, un ser necesario, de ser, aun cuando sea por una vez, necesitado.

Bucólica, desoladora y desencantada, historia, firmemente asentada en un guión que se acerca más a la poesía que al relato, y éste transcurre; entre arrulladoras sonatas y entre personajes indefinidos y siempre sorprendentes pues, todos ellos, cambiaran varias veces de registro sorprendiendo tanto al protagonista, como al espectador, al mismo tiempo. Pero, sobre todo, transcurre, entre el humo de un cigarrillo, por un rostro que es la semblanza de la tristeza y la soledad.

Si se puede significar, algo de ella, es que conmueve. Luego, además, veremos la magnífica fotografía, en blanco y negro, de Roger Deakins. Escucharemos la fantástica banda sonora de Carter Burwell. Seguiremos, intrigados, el hilo de una trama urdida por Joel y Ethan Coen. Pero al final; la recordaremos por su profunda melancolía.
Plácido Eldel Motocarro
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