En verano de 1991, cuando vimos llegar a los teatros de cine una irracional pero refinada, sorprendente y adictiva película de thriller y acción que desafió la gravedad, supimos que podríamos tener 123 minutos de duración llenos de hermosas secuencias de acción pero con un argumento muy vació. ¿Qué seria mas emocionante que ver a Keanu Reeves y Patrick Swayze actuando contra el bien y el mal al mismo tiempo? ¿La infiltración de una banda de delincuentes con excéntricas mascaras expuestos a millones de peligros? Ahora, ¿Por qué hacer un remake de una película que no tuvo impacto alguno?. Seguramente, es porque estamos en la época de los remakes, es decir, revivir viejos clásicos y convertirlos en piezas maestras (Mad Max: Fury Road) con ciertas características de la actualidad, pero queda claro, que este no fue el caso. La nueva versión tiene la oportunidad de cambiar ese sabor amargo que dejo el primer filme en cuestiones de calidad, obviamente, el objetivo era superarlo. La película tuvo dos opciones, dejarse llevar por lo absurdo de la original sin ton ni son o ser un buen proyecto con una delicada cinematografía y abriendo el camino para una nueva generación dentro del genero de acción. Ericson Core optó por mezclar las dos opciones anteriormente mencionadas, reduciendo ese mal sabor de poca que dejo la primera entrega. Johnny Utah (Luke Bracey) un arriesgado hombre, lleno de fuertes tatuajes y un poderoso look (que sin razón o con razón es un youtuber) viene del FBI para desmantelar a un grupo de aparentes ladrones que afectad a la entidad. Durante su operación, se conoce con Bodhi (Edgar Ramirez) el "Señor Hood" de la actualidad. Las nuevas tomas de adrenalina como una carrera de motocross, el hermoso colapso de una montaña, un espectacular vuelo y cada uno de los 8 retos que realmente fueron presentados de una manera perfecta se pueden ver en un estético 3D. Bracey or Reeves? El australiano decidió darle un toque mas personal a su papel aunque su similitud con Utah es muy precisa Ramirez siente realmente a su personaje y nos deslumbra en las pruebas con su equipo. Mientras que Palmer es inconstante y su actuación no original, terminando como una chica bond mas. Las poderosas emociones de "Point Break" cree llenar una pequeña trama con escenas arriesgadas, intensa y vertiginosas, estéticamente llamativos, un estruendoso nevado o una vehemente secuencia en Venezuela (en serio, casi vomito por las imágenes peligrosas e impactantes) o con la participación de celebridades con "Teresa Palmer" o el mismísimo "Steve Aoki". Las escenas de acción nunca se pierden y ganan la continuidad necesaria para conectar con el publico fácilmente. Tal vez, esto sea un punto de partida para futuros proyectos. El juego Bracey - Ramirez es tardío e imprudente. Ocasionalmente, Utah es congruente pero es Bodhi quien con su relajada actitud y falta de carácter logra establecer la conexión. "Point Break" entra perfectamente en esta época, con intereses y problemas políticos que golpea a un futuro cercano. A lo largo de la película nos recuerdan ¿No es hermoso? cada vez mas y mas. Es magnífico y es entretenido, pero no directamente precisa y brevemente nos hace imaginar que estamos de vuelta en la película de suspenso en 1991 .