Sacha Baron Cohen se situa de nuevo en la cresta de la ola del cine de vanguardia con esta transgresora y escatológica película que esconde mucho más allá de dónde los vulgares ojos de los pseudo-cinéfilos creen haber visto. Tras la superficie, en la que gran parte del público (generalmente público noob) se queda atrapado cual tela de araña, se oculta el gran secreto de Bruno. No todo el mundo conseguirá desvelarlo, pero hacerlo o no supondrá el hecho diferencial para saber en que posición se haya uno.

Sin lugar a dudas, con este nuevo film, Sacha Baron Cohen y su equipo se consagran como los genios que van un paso por delante, para unirse definitivamente al club del catalán Albert Serra, el filipino Raya Martin o el malayo James Lee. Un film no apto para paladares gruesos acostumbrados a comer el jamón de hembra Hacendado, los cuales saldrán echando pestes como hombre de Cro-Magnon contemplando un cuadro de Picasso.