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España España · Barcelona
Voto de Risard:
10
Drama. Fantástico. Terror Una remota y misteriosa isla de Nueva Inglaterra en la década de 1890. El veterano farero Thomas Wake (Willem Dafoe) y su joven ayudante Ephraim Winslow (Robert Pattinson) deberán convivir durante cuatro semanas. Su objetivo será mantener el faro en buenas condiciones hasta que llegue el relevo que les permita volver a tierra. Pero las cosas se complicarán cuando surjan conflictos por jerarquías de poder entre ambos. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El falo, o el faro, como simbología de lo sucedido en la tierra que vigila, allí donde dos hombres radicalizan su testosterona para combatir entre la madurez y la juventud, donde se perturbarán ante la fuerza más agresiva de la madre naturaleza, empoderada de enloquecer a los hombres y encarnándola en una hermosa sirena.



Robert Eggers se ha dejado llevar por el onirismo de Lynch, Bergman y el expresionismo alemán para encontrar su apasionante manera de contarnos la tormentosa relación de dos individuos total y absolutamente aislados. Robert Pattinson, (excelente) se enfrenta a su locura más lúgubre ambientada con una fotografía que profundiza en los sentidos y abraza el origen de horror clásico. Como si lo hubiera teñido el propio Melville o bautizado el mismo Hitchcock, Eggers consigue elevarse ante sus inspiradores autores recreando una atmosfera realmente hipnótica, que te invita a acompañar al protagonista en su locura enamorándote al mismo tiempo de ella.

La locura como expresión de instintos y potenciales intelectuales es el jugo de todo director que se presta a profundizar en la psique humana. Así como 'Cabeza borradora' nos encerraba en una más que funesta habitación, aquí nos encontramos con aire libre, y el mismo peligro. La luz del faro nos alude de alguna manera a la glándula pineal, donde el humano conecta consciente con subconsciente, y es donde el protagonista quiere lograr llegar, como icono del hombre que busca la respuesta del misterio de la vida. Aunque al mismo tiempo parece representar un falo donde al final se vislumbra el principio de la vida. No hay donde refugiarse, la espiral que atrapa las entrañas como hacen Aronofsky o Noe, son elegantilizadas aquí, con la misma sordidez y crudeza, pero de una forma más poética y onírica.



La autoridad del gran Dafoe, se implanta como la madurez y la hombría ante la juventud e inexperiencia de Pattinson y así provocar una reacción, ya sea de sumisión o rebeldía. Este conflicto reflejado a nivel familiar como la sucesión del hijo al padre, es uno de los más comunes en las relaciones tanto humanas como animales. El poder, el honor, el respeto, que cada individuo lucha por ganarse, independietemente de si la población es grande o pequeña, es un conflicto que existe en la raíz de nuestros vínculos. Si bien tiene grandes influencias conocidas que cualquier cinéfilo observará, la película no se empequeñece ante sus referentes, más bien los usa y se ensalza como la gran obra de arte que es.



Muchos no se dieron cuenta pero parece que Eggers quería que la película en sí, fuera una sirena, que según avanza el metraje te canta y te enamora. Luego te hace sufrir pero te gusta. Y luego terminas saliendo del cine entre obtuso y enamorado.

Para más críticas y recomendaciones en instagram; @risard_egoteabsorbo
Risard
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