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España España · Barcelona
Voto de Risard:
10
Thriller Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
25 de octubre de 2019
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La violencia, el gran dilema moral de nuestra enfermiza sociedad. Vivimos en la dualidad del buenismo y el infantilismo en contra de su propia contradicción. Cualquier ideología radical es fascista, incluso el pacifismo, porque la naturaleza es violenta. Si quieres anular la violencia de la vida anulas directamente la naturaleza, nuestra querida y hermosa madre creadora, esa misma a la que, gracias a ella, tú estás leyendo ahora esto. Esto no es una reflexión para justificar cualquier acto violento, sino para comprender, que cada vez que sucede uno, es por un motivo, una razón, que justa o injusta nos lleva a aprender sobre algo de nosotros mismos. Cuando vives un acto violento puedes adoptar dos bandos radicales, uno es vivir en el llanto del mártir, o volverte causante de esa misma violencia, en cambio hay una tercera opción, que la escoge la minoría de la población, y es aceptar y aprender de lo sucedido. Eso no significa converirse en un pusilánime sin personalidad, al vez sea la mayor representación de una personalidad madura y forjada por devenires indeseados, pero que nos hacen comprender el para qué uno vive lo que vive, sea justo o injusto.

Si por algo se caracteriza Michal Haneke es por hurgar en la herida abierta y sangrarla hasta gritar de dolor. Juega a manipularnos como maestro indiscutible de un cine maquiavélico, radical y brillante, hace honor al título porque debe ser divertido jugar a ser Dios, y engañar intencionadamente al espectador, haciéndolo cómplice poco a poco hasta desmontar su hipócrita moral de pacifisa y justiciero al mismo tiempo. Los juegos no son igual de divertidos, ni para los protagonistas ni para el espectador, pues estamos delante de uno de los mejores films de terror que en mucho tiempo el cine nos haya regalado. La violencia como entretenimiento es cosa de pirados mentales, independientemente de su riqueza o pobreza, quien está enfermo, lo está con más o menos billetes en su bolsillo. El juego se trata de sobrevivir, con desventajas, pero luchar contra el miedo de estar delante de la muerte, aquella experiencia natural que tanto nos gusta dramatizar. En este juego no es precisamente la muerte el horror, más bien el sufrimiento que se vive hasta llegar a ella.

Imposible no crear controversia ante el aluvión de crueldad y frialdad por parte de su director, pero no es más que empatía con el juego de los torturadores, y así redirigir al espectador a territorio hostil, creado por sí mismo reflejado en una película de terror psicológico. Un terror que no e má que mirarnos al espejo para ver quienes somos en realidad y cuál es nuestra verdadera naturaleza. El ser humano es capaz de infundir el amor más grande como el desprecio más profundo, no por ello somos buenos o malos, sólo somos lo que somos para entender lo que nos rodea, para ver todas nuestras capacidades y aprender de ellas, para conocer nuestros límites, o ausencia de ellos, para nivelar nuestra empatía o nuestra psicopatía. Haneke nos invita a autoanalizarnos, criticarnos, una vez hemos juzgado y criticado al malo de la película y a su director, que nos ha compinchado a base de primeros planos de mirada hacia cámara y guiños, o meramente dirigirse al espectador extrayéndose de la ficción para inmersionarnos en su mundo para luego dejarnos noqueados.

Si te gusta que te desmonten, que te hagan dudar, que te obliguen a reestructurarte, a ponerte en jaque, que te estimulen... Esta película es un imprescindible, no apta para sensibleros o buenistas. Haneke no hace cine para entretener, hace cine para destruirte, y así, como quien va a terapia, puedas volver a crearte, cre-arte.

Para más críticas en instagram; @risard_egoteabsorbo
Risard
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