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Argentina Argentina · buenos aires
Voto de augrap:
9
Western. Aventuras En 1845, un grupo de colonos pioneros recorre el territorio virgen de Oregón guiado por el taciturno Stephen Meek (Bruce Greenwood). En su viaje en busca de la tierra prometida se cruzarán con un nativo americano cuya presencia hará que el grupo se divida: unos depositarán su confianza en el poco fiable Meek, y otros, en cambio, en el que a primera vista podría parecer su enemigo natural: el indio. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kelly Reichardt ha demostrado un talento y personalidad que la destaca notoriamente en el universo del cine norteamericano actual. Fiel a si misma, sin concesiones y con una coherencia estilística notable.

El atajo de Meek nos mete literalmente en el medio de la historia de un pequeño grupo de colonos norteamericanos, solo tres familias, que intentan llegar con sus humildes carretas, bueyes y mulas a Oregon, cuando esas tierras aún estaban en posesión de sus habitantes originales. El film abre con los colonos aparentemente perdidos pues su guía, el extraño montañés Stephen Meek, parece no dar pie con el camino adecuado, aunque no lo reconozca. Todo el film rondará sobre la posibilidad de hallar el camino correcto deviniendo paulatinamente en situaciones cada vez más angustiantes y extremas. Dando relieve a cada detalle menor de esa vida durísima, Reichardt evade el facilismo de las soluciones artificiales y convencionales o el escape hacia un mundo onírico. Fiel a su estilo no abandonaremos nunca el mundo real, crudo y gris.

El cine norteamericano ha hecho docenas de films de colonos, pero Reichardt ha encontrado la posibilidad de crear uno muy original sobre la misma temática. Con un lenguaje cinematográfico de gran vuelo y actuaciones enormes, veremos el trabajo sin descanso de un puñadito de hombres y mujeres que cargan no solo con sus pocas pertenencias en busca de un sueño tal vez utópico, sino también con sus pobres conocimientos, sus prejuicios, sus esperanzas y añorancias.

En un marco geográfico de impactante soledad, que empequeñece hasta casi hacer desaparecer a estos pocos seres humanos, Reichardt nos ilustra sobre la fragilidad y aparente futilidad de la experiencia humana, la dificultad de la comunicación entre seres con diferentes bagajes culturales, pero también sobre la tenue esperanza de la empatía entre aquellos que no pueden siquiera comprenderse.

Enorme película.
augrap
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