El final de la saga Spiderman, una trilogía que comenzó impresionando tanto en taquilla como por criterios meramente cinéfilos, no podía acabar peor. La tercera parte del superhéroe aracnido es sin duda la peor de todas. Un guión cargado de villanos, de escenas incomprensiblemente malas, de 'locuras' total y absolutamente intrascendentales para el desenlace del film; acompañado por una actuación espantosa de Tober Mcguire y Kirsten Dunst hacen que los 140 minutos de duración del film sean soporíferos, aburridos e indecentes para una películas de acción. Tan sólo James Franco aporta cierta 'clase' a la películas. En definitva, la perfecta forma de jorobar una trilogía, un personaje mundialmente conocido y un legado comercial irrefutable. Spiderman 3: mala, mala, malísima