Los films sobre viajes iniciáticos de personajes que han tocado fondo suelen ser, cuanto menos, interesantes.
En este caso, es un inestable camarero y trompetista de Jazz, Benito Lacunza, el objeto de dicho viaje.
Habitualmente, el viaje se produce de forma inesperada ante un evento determinado, que en esta ocasión es la muerte del padre del protagonista y su obligado regreso a su Estella natal.
Allí se encuentra con restos de su pasado imperfecto que van encajando como en un puzzle influyendo en el proceso de transformación que sufre Benito (un sensacional Alberto San Juan) destinado a encontrarse a sí mismo y a encontrar ese rincón bajo el sol que todos queremos tener.
Film recomendable para los amantes del cine que trata sobre esos viajes iniciáticos que todos tenemos que emprender alguna vez en la vida.