Cinco años después de filmar la magistral "Cadena perpetua", probablemente una de las mejores películas de la historia del cine, Frank Darabont vuelve a tocar el cielo con "La milla verde".
Para los espectadores que piensen como yo, que el cine es algo más que estar bien hecho o mal hecho, que el cine es también el sentimento que provoca a cada persona, "La milla verde" es un film abrumador.
La catarata de emociones, a cual más fuerte, que esta obra puede desencadenar en un espectador proclive a disfrutarlas es de una intensidad y una fuerza dramática inolvidables.
A todo ello hay que añadir una dirección de cámara casi perfecta. El cineasta regala unas imágenes que embelesan al espectador a cada segundo, con lo que se convierte en una obra visualmente arrebatadora. A eso hay que sumarle la capacidad narrativa de la película, que hace que sus tres horas de duración se conviertan en un suspiro para quien la ve, que se siente dentro del film en todo momento.
Grandes actuaciones, especialmente del conjunto de presos, y todo un descubrimiento el gigante -en todos los sentidos- Michael Clarke Duncan.
Para los amantes de "Cadena perpetua", que son legión, decir que "La milla verde" no les decepcionará, lo que no es fácil.