Nunca quise creer que la mítica en su género "Posesión infernal" hubiera derivado en esta tercera entrega pseudo B. Y digo pseudo B porque la impresión que me siempre me dio es que decidieron hacer cualquier bodrio, previo comentario de "da igual, se tragarán cualquier cosa". El guión y la historia son ridículas, pero lo peor es que no hace ni pizca de gracia; total, nos tragaremos cualquier cosa y, encima, seremos capaces de dotar de significado cualquier escena, aunque sea por analogía con otras películas, porque tenemos esa manía de imprimirnos un supuesto conocimiento del cine "en su esencia". A ver, la película es malísima, por mucho que nos empeñemos en otra cosa.

Más bien me parece que el film es una especie de ensayo del director, aunque la verdad sólo la conoce él. Naturalmente que mi crítica, hasta aquí, ha sido claramente subjetiva, pero, en todo caso, para los amantes del género de Posesión infernal, esta es la basura en la que ha derivado; y esto último es lo único objetivo de esta crítica.