Estupendo thriller que, pese a ocupar un escalón algo inferior al de las obras maestras de Ridley Scott, presenta aspectos sumamente interesantes.
"Black Rain" es una película oscura y brumosa, como casi toda la filmografía de Scott, cuya atmósfera malsana recuerda bastante a la de dos de sus joyas, "Blade Runner" y "Alien, el octavo pasajero".
Insalubre resulta también su protagonista Nick Conklin, rudo policía de turbio pasado que de modo brillante compone un Michael Douglas en plena forma, comodísimo en la mugrienta piel del personaje, feliz con uno de los mejores papeles de su irregular carrera. Le acompaña un Andy García todo cordialidad en el rol de su compañero Charlie Vincent, quien trata de robarle algún que otro plano recurriendo a su simpatía. No tiene éxito, y es que Douglas rezuma aquí carisma por cada uno de sus poros sudorosos, pero la película gana chispa con el intento.
Además, se explotan hasta límites muy razonables las rocambolescas situaciones a las que da lugar la mutua incomprensión tanto idiomática como cultural. Sin embargo, no es del fácil recurso al "perdido en la traducción" de donde le viene el nervio al tenso argumento, sino de un potente guión y una dirección firme.
Eso y la admirable pechuga que ostenta Kate Capshaw, Spielberg sabía lo que se hacía, enanito rijoso.