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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Drama. Comedia Jack Campbell (Nicolas Cage) es un egocéntrico broker de Wall Street cuya única obsesión es el trabajo y una vida llena de lujo. Un día, tras un incidente en una tienda el día de Nochebuena, se despierta viviendo otra vida: es un humilde vendedor de neumáticos de Nueva Jersey, casado con su antigua novia Kate (Téa Leoni), a la que había abandonado hacía años para que no obstaculizara su carrera en el mundo de las finanzas. (FILMAFFINITY) [+]
29 de diciembre de 2023
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Ante películas del diabético jaez de «Family Man» caben dos actitudes contrapuestas. La primera, común a la mayoría de los críticos, a sueldo o por hobby, y con la que en no pocas ocasiones me he alineado, se regodearía con fruición porcina en aniquilarla del primer al ultimo fotograma, poniendo especial énfasis en las groseras incoherencias argumentales (spoiler)*, la gazmoñería generalizada y un alarmante subtexto neocon.
La segunda, propiciada por las fechas en que nos encontramos, y sin que sirva de precedente, es la que me propongo adoptar a fin de pasar por alto los vicios antedichos, subrayando en su lugar un puñado de virtudes que hacen de su visionado una experiencia no diré que inolvidable, pero sí ciertamente grata.
Para empezar, hay que reconocerle a Brett Ratner, su director, una versatilidad inaudita. Transitando de la trilogía «Hora punta» («Rush Hour», 1998, 2001 y 2007) al universo Hannibal Lecter con «El dragón rojo» («The Red Dragon», 2002), florilegio de videoclips «ad maiorem gloriam» de Mariah Carey mediante y una incursión en la franquicia X-Men, pocos currículos más variopintos se me ocurren, y no sólo en el sector del celuloide.
Con la profesionalidad que de lo antedicho cabe inferir, Ratner factura aquí una historia de aliento clásico, capriano —salvando las distancias—, por ende plagada de buenas intenciones, visualmente intachable e interpretada por unos Nicholas Cage y Téa Leoni en la cima de sus respectivas carreras. Los desvelos del primero por adaptarse a su nueva realidad como padre de familia y vendedor de neumáticos no pierden un ápice de interés durante las dos horas de metraje. Y la mirífica paciencia con que la segunda ha de soportar la sobrevenida estupefacción de su esposo se antoja definitivamente entrañable.
En suma, aunque es a «¡Qué bello es vivir!» («It´s a Wonderful Life», 1946) lo que un «panettone» de supermercado a uno de confitería milanesa, «Family Man» resulta un film muy entretenido y no exento de encanto. Ideal para cualquier perezosa tarde navideña.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Carorpar
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