Una película que basa su metraje en la sucesión de camelos no puede dar más de sí, sobre todo cuándo la mayoría de estos no tienen gracia e incluso ni hablan.

Sí la primera de la franquicia fue en su momento un aire novedoso (incluso con premio Goya incluido) del humor casposo y cañí así como una crítica a una parte de la sociedad española, ha ido degenerando en un penoso recorrido de chistes escatológicos, desnudos absurdos e interpretaciones olvidables para llenar los bolsillos de Santiago Segura.

De este título sólo podemos destacar un muy honroso debut de Kiko Rivera y una muy conseguida (y creo que divertida) actuación de Yon González.

¿El resto? Siendo redundante, olvidable y prescindible. Incluso el 3 D( pobre de los que pagaron dos euros más por verlo en este formato)

Segura debe renovar el personaje ¿pero querrá? No creo que este en sus pensamientos (amenaza con una quinta parte), aunque hay que reconocerle a este genio del marketing una capacidad de convocatoria no conseguida actualmente por nadie en la industria patria.