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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
7
Drama. Romance Año 1682. En la Francia del rey Luis XIV, la inteligente, tenaz y enérgica paisajista Sabine de Barra es elegida para diseñar uno de los principales jardines y fuentes del nuevo palacio del monarca en Versalles, a las afueras de París. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"A little chaos" es el nombre del último film que pudo dirigir en vida el llorado Alan Rickman, y al parecer no despertó excesivo entusiasmo entre la crítica internacional especializada que casi por unanimidad se dedicó a masacrarlo cuando se estrenó en los cines allá por 2014. A lo que se ve, esa falta de interés es también compartida por los distribuidores españoles que, a día de hoy y al menos que se sepa, no han movido un dedo para lograr que la película se estrene en las salas de nuestro país. A unos y a otros, a críticos y distribuidores, les diría que se lo hagan mirar, que no es para tanto, que la cinta es más que interesante, digno colofón a una brillante carrera tanto delante como detrás de las cámaras. En definitiva, que como diría Enrique IV, Alan Rickman bien vale una misa.

Rickman nos lleva en esta historia a los tiempos de otro rey francés, el famoso Luis XIV, justo en la época en la que el monarca decide trasladar la corte a Versalles. Necesitará para ello el trabajo de ingenieros y operarios varios, y ahí es donde entran en liza nuestros protagonistas. El maestro André de la Note y su ayudante Madame Du Barra (un convincente Matthias Schoenhaerts y la siempre magistral Kate Winslet) serán los encargados de construir uno de los jardines reales, el más espectacular. Entre ellos dos surgirá la inevitable historia de amor, concesión que quizá hace flojear un tanto el relato. De fondo, la vida en la corte, con sus intrigas palaciegas, sus corrupciones, sus puñaladas por la espalda, su quítate tú pa ponerme yo.. Lo de siempre, vaya.

Todo está contado con profunda exquisitez por parte de Rickman que se decanta por el retrato intimista que tan bien parece dominar (recuérdese la excelente e infravalorada "El invitado de invierno"). Una parsimonia elegante o una elegancia parsimoniosa con la que se obliga al espectador a detenerse en cada palabra y en cada gesto, a paladear cada reflexión. Impecable, desde el punto de vista estético,sin duda, parece esconderse una gran novela detrás de estas imágenes. Otro mérito más de Rickman que además coescribe el guión. Por cierto que el actor se guarda para sí un pequeño papelito, aunque el del rey nada menos, y encima se reserva la mejor escena de la película (con la Winslet of course).
Juan Solo
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