Haz click aquí para copiar la URL
España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
10
Ciencia ficción. Intriga Un científico es enviado a la estación espacial de un remoto planeta cubierto de agua para investigar la misteriosa muerte de un médico. Adaptación del clásico de ciencia-ficción del escritor polaco Stanislaw Lem. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2014
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos meses decidí por fin adentrarme en el denso universo cinematográfico del ruso Andrei Tarkovsky. Lo hice con “La infancia de Iván” a decir de muchos la más accesible de las películas de un autor con fama de duro de roer, amén de una de las más bellas de su filmografía. Debo confesar que la experiencia me resultó bastante frustrante por cuanto el film me pareció un tostón de cuidado, en parte porque el género bélico no se encuentra entre mis favoritos, en parte por su morosidad y su lenguaje algo críptico.

Normal que con todos estos antecedentes acudiera a mi segundo encuentro con Andrei con todas las reservas y cautelas del mundo. En esta ocasión elegí “Solaris”, considerada tradicionalmente como una de sus obras maestras, pieza magna y ambiciosa de casi tres horas de duración, y que más que ninguna otra divide a los detractores y admiradores del director. Me tomo su visionado casi como un ejercicio y una prueba, una asignatura pendiente que todo cinéfilo debe superar si quiere definirse como tal. Y supero la prueba con nota, y se enciende la chispa esta vez.

Empiezo a pensar que con Tarkovsky puede pasarme un poco lo que me pasó en su día con Bergman. Me lo pintan de autor hermético y cerrado, y a la hora de enfrentarme a él entro en su mundo sin apenas esfuerzo (luego vienen ya las valoraciones a posteriori por supuesto; nadie, ni siquiera Bergman, es perfecto).

Puedo entender que a mucha gente “Solaris” le parezca áspera, pero, sin dármelas en absoluto de listillo, me resulta algo difícil de creer. No hay nada que ningún amante del cine con cierta pericia pueda sortear sin problemas. En primer lugar, por lo que tiene de fascinante relato de ciencia-ficción; si sólo tuviera eso, la magnífica fotografía y ambientación del mundo futuro y del espacio exterior, ya sería algo muy grande, pero es que tiene mucho más. Fascinación es lo primero que me provoca esta película que me hace estar pegado a la pantalla a lo largo de dos horas y tres cuartos sin casi pestañear. Definitivamente, me dejo arrastrar y me siento hechizado por las aguas del mar de Solaris.

“Solaris” es una obra maestra en el sentido más estricto del término. Es única; no cabe buscar antecedentes ni referencias. No nos vale la referencia del “remake” de Soderbergh para quienes lo vimos antes que su original; es otra película y persigue otros intereses. Por supuesto, es totalmente arbitrario que el film de Tarkovsky sea la respuesta soviética al “2001” de Kubrick, por más que el contexto de la Guerra Fría, el contenido filosófico de ambas obras y su proximidad en el tiempo nos pongan en bandeja pensar que pueda ser así. Decididamente, no. La protagonista de “2001” es la Humanidad; el protagonista de “Solaris” es el ser humano; el film de Kubrick intenta responder preguntas, para el de Tarkovsky no cabe encontrar respuesta alguna.

Porque la respuesta definitiva es el amor, lo único que escapa al conocimiento humano. No cabe otra búsqueda que la de la felicidad a través del amor, no vale otro viaje que no sea el viaje interior. Todas las respuestas se pierden en la densa niebla que puebla el mar de Solaris; allí es donde van a parar nuestros recuerdos. Lo que un día fuimos, trozos de nada que quizá un día también se pierdan como lágrimas en la lluvia.
Juan Solo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow