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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
6
Comedia. Drama Nic (Annette Benning) y Jules (Julianne Moore) son una pareja de lesbianas que viven con sus dos hijos adolescentes: Joni (Mia Wasikowska) y Laser (Josh Hutcherson), ambos fruto de la inseminación artificial. Lo que obsesiona a los dos chicos es conocer a su padre biológico, un tal Paul (Mark Ruffalo), que donó su semen a una clínica cuando era joven. Recién cumplidos los 18 años, Joni se acoge al derecho de solicitar información sobre ... [+]
2 de febrero de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo, la familia, y no una familia cualquiera, como argumento fundamental en una película englobada dento del denominado cine independiente norteamericano, que sabe Dios lo que es eso a estas alturas. Atrás han quedado las crónicas urbanas que caracterizaron los primeros tiempos de este tipo de películas; hoy triunfa el patrón de comedias como Juno o Pequeña Miss Sunshine, historias sobre familias desestructuradas, disfuncionales o cuando menos diferentes, películas que ya han dejado su huella en el establisment y han recibido incluso los parabienes de Papá Hollywood. Y claro, los que vienen detrás ya se saben el truco. Hoy en día una ceremonia de los Oscars no es una ceremonia de los Oscars sin una producción “independiente” entre las elegidas, y francamente esa especie de cuota indie, -mucho menos cara ahora que el número de candidatas al premio gordo se ha elevado a diez- que al principio hasta se agradecía ya casi empieza a mosquear.


La premisa argumental de The Kids are All right es bien interesante pero resulta demasiado arriesgada para que una producción norteamericana por muy independiente que pretenda llamarse la lleve a sus últimas consecuencias. A fin de cuentas queda muy cool contar una historia que protagoniza un matrimonio de lesbianas con dos hijos adolescentes a su cargo – mucho más decir que te ha gustado- pero la cosa acaba en nada si te quedas ahí. Y la historia se queda ahí, en la superficie, se pierde con ese final que destila moralina y buenrrollismo políticamente correcto. La cosa ya digo que prometía, con escenas potentes como la de Bening y Ruffalo cantando a capella por Joni Mitchell durante una de las cenas familiares. Annete, por cierto está sublime, pero no lo está menos Mark que acaba incluso robando alguna escena a las dos protagonistas. Entre una y otro como tercera en discordia una Julianne Moore algo más desubicada que de costumbre. Uno no sale mal de ver la película pero echa de menos que no se haya puesto más carne en el asador. Aún así entretiene, se deja ver con agrado, y te deja una sensación de muy buen rollo. Quizá demasiado.
Juan Solo
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