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Voto de Fedexior:
4
4,6
9.758
Aventuras. Acción. Comedia. Romance
Francia, siglo XVII. Athos, Porthos y Aramis son tres prodigiosos espadachines que pertenecen al cuerpo de mosqueteros del rey Luis XIII de Francia (1610-1643). A París llega un joven y valeroso gascón que ingresa en la guardia del Rey para hacerse mosquetero. Los cuatro tendrán que hacer frente a una maquiavélica conspiración urdida por el cardenal Richelieu para derrocar al rey. Adaptación actualizada de la novela homónima de Alejandro Dumas. (FILMAFFINITY) [+]
8 de septiembre de 2013
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Después de un comienzo prometedor aunque algo... ¿cómo decirlo? ¿Ridículo?, esta nueva versión de Los tres Mosqueteros cae estrepitosamente en picada, gracias a un despliegue visual estrambótico y a una casi total falta de imaginación a la hora de desarrollar la historia y/o los personajes.
Prosigo en la zona spoiler para evitar la guillotina de Pablo Kurt o la espada de sus mortíferos mosqueteros (esos sí que dan miedo).
Prosigo en la zona spoiler para evitar la guillotina de Pablo Kurt o la espada de sus mortíferos mosqueteros (esos sí que dan miedo).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Resulta que ahora los Tres mosquitos muertos, además de ser expertos espadachines, son además expertos en artes marciales. Al parecer entrenaron con Chuck Norris, o con el que entrenó a Bruno Díaz en Batman Begins. Saltan por el aire, dan patadas voladoras, giros, son capaces de derribar a cuatro contrincantes (atención a los adversarios, que no se sabe cómo llegaron a ser soldados, son más torpes manejando la espada que yo) de un solo golpe, sin dejar de soltar, entre puñetazo y espadazo, algún cliché peliculero que pretende hacernos reír.
Especial mención merece Milla Jovovich, una especie de Jane Bond del siglo XVII, tan hábil en artes marciales como los mosquitos, pero además es ladrona, doble o triple o cuádruple agente, y traidora... aunque nunca se sabe bien a quién exactamente está traicionando, porque se supone que está de parte de los mosquitos, pero a la vez de parte del malo malísimo, pero a la vez de parte de sí misma pero a la vez... bueno olvídenlo.
Luego tenemos al malo malísimo: un Orlando Bloom con barba de chivo y un peinado a lo Elvis, que al parecer es un lord británico con delitos napoleónicos.Y, como no podía faltar, el matón preferido del malo, un mosquetero que usa un parche en el ojo para darle todavía más aspecto de tipo malo, de esos que son capaces de matar a su madre para arrancarle el oro de los dientes.
Hay también otros personajes "pintorescos" (por decirlo así), como el andrógino rey de Francia, que parece una chica con una barbita y un bigotín. Ah, sí, y también está D'Artagnan que... bueno, tira un par de espadazos, se enoja porque insultaron a su yegua y se enamora de una de las damas de compañía de la reina. Por lo demás es un personaje tan poco interesante como un florero en el decorado.
No hay que olvidar, por supuesto, las batallas navales-aéreas del final. ¿En qué consisten? En tomar las escenas de batalla naval de Piratas del Caribe y trasladarlas al cielo francés, mediante la sencilla operación de atar globos aerostáticos a los barcos para que floten entre las nubes. Eh, pero no culpen a la película, la idea de los barcos de guerra voladores realmente era de Leonardo DaVinci. ¡Si hasta roban los planos de sus máquinas al comienzo de la peli!
Para terminar: un delicioso y delirante popurrí de ideas poco originales que ya se han visto en un montón de películas mejores. Sólo queda preguntarse qué cuernos hace un actor de la talla de Cristoph Waltz en una producción así.
Pero eso no es lo peor. Sino que el final abierto promete una secuela. El que no quiere sopa, dos platos.
¡Vive la France!
PD: ¡Nada como humillar y maltratar al gordito de turno para levantar la moral!
Especial mención merece Milla Jovovich, una especie de Jane Bond del siglo XVII, tan hábil en artes marciales como los mosquitos, pero además es ladrona, doble o triple o cuádruple agente, y traidora... aunque nunca se sabe bien a quién exactamente está traicionando, porque se supone que está de parte de los mosquitos, pero a la vez de parte del malo malísimo, pero a la vez de parte de sí misma pero a la vez... bueno olvídenlo.
Luego tenemos al malo malísimo: un Orlando Bloom con barba de chivo y un peinado a lo Elvis, que al parecer es un lord británico con delitos napoleónicos.Y, como no podía faltar, el matón preferido del malo, un mosquetero que usa un parche en el ojo para darle todavía más aspecto de tipo malo, de esos que son capaces de matar a su madre para arrancarle el oro de los dientes.
Hay también otros personajes "pintorescos" (por decirlo así), como el andrógino rey de Francia, que parece una chica con una barbita y un bigotín. Ah, sí, y también está D'Artagnan que... bueno, tira un par de espadazos, se enoja porque insultaron a su yegua y se enamora de una de las damas de compañía de la reina. Por lo demás es un personaje tan poco interesante como un florero en el decorado.
No hay que olvidar, por supuesto, las batallas navales-aéreas del final. ¿En qué consisten? En tomar las escenas de batalla naval de Piratas del Caribe y trasladarlas al cielo francés, mediante la sencilla operación de atar globos aerostáticos a los barcos para que floten entre las nubes. Eh, pero no culpen a la película, la idea de los barcos de guerra voladores realmente era de Leonardo DaVinci. ¡Si hasta roban los planos de sus máquinas al comienzo de la peli!
Para terminar: un delicioso y delirante popurrí de ideas poco originales que ya se han visto en un montón de películas mejores. Sólo queda preguntarse qué cuernos hace un actor de la talla de Cristoph Waltz en una producción así.
Pero eso no es lo peor. Sino que el final abierto promete una secuela. El que no quiere sopa, dos platos.
¡Vive la France!
PD: ¡Nada como humillar y maltratar al gordito de turno para levantar la moral!