Último y más largo de la serie documental que filmó Vittorio de Seta a mediados del siglo XX como reportaje de la vida de varios grupos humanos de una Italia rural y muchas veces postergada de los aires de modernidad que se imponía en otras partes del mundo.

En esta ocasión su rol de los olvidados lo integran los habitantes de un pequeño enclave aldeano de Cosenza, pueblo que se debatía en su propia mala suerte, por su aislamiento, a espaldas del progreso.

Una tierra árida, abrupta y hostil, un clima adverso y pocas veces amigable, un modo de subsistencia casi autóctono y alejado de todos los caminos por los que pudiera llegar un atisbo de novedad conforman los resortes que utiliza el director para mostrar el mensaje con ese lenguaje fresco que casi siempre caracteriza su obra.