El principal problema de este film fueron las comparaciones con su “hermana”, ‘Objetivo: La Casa Blanca’ del realizador afroamericano Antonie Fuqua y estrenada ese mismo año. Ambos films tienen una temática muy similar y extravagante: la toma de La Casa Blanca por parte de unos terroristas.

En este sentido, una de las mayores virtudes de ‘Asalto al poder’, es que en ningún momento se toma en serio a si misma, es más, homenajea claramente al “cine de acción noventeñero” en todo momento e inclusive incorpora ciertos guiños a las “buddy movies”. Es aquí dónde residieron las virtudes de la cinta de Emmerich, las otras fueron bastante claras: es entretenimiento en estado puro y de un patriotismo simplón e inofensivo, además de unos efectos visuales de primer nivel, unas interpretaciones bastante carismáticas, unos villanos decentes y unas escenas de acción (¡sorpresa!) rodadas de manera nítida y clara.

Entrando en el apartado de interpretaciones, decir que los actores cumplieron en sus papeles: Channing Tatum cumplió con su personaje de John Cale, pero fue Jamie Foxx el que se llevó la palma, y no porque su personaje estuviera bien desarollado, si no porque es un actor más carismatico que Tatum, además de ofrecer algunos de los momentos más divertidos de la cinta. Por otro lado, los villanos fueron cuanto menos mucho más interesantes que en algunas producciones actuales del mismo tipo. Los más importantes: Jason Clarke y James Woods. Ambos consiguieron retratar unos buenos villanos.

En definitiva: 'Asalto al poder' es una película entretenida y disfrutable que resultó más simpática y menos pretenciosa que 'Objetivo: La casa blanca'.

-Lo mejor: Los efectos visuales. Jamie Foxx. Las escenas de acción. Los múltiples homenajes al cine de evasión de los 90.

-Lo peor: Su planísimo guión.

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